martes, noviembre 26, 2024
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Podemos afronta sus primarias en Madrid golpeado por ‘el caso Espinar’

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Desde hoy y hasta el día 9 los inscritos en Podemos en Madrid están llamados a votar en las primarias para elegir a su nueva dirección, un proceso que se ha visto golpeado por la exigencia de explicaciones a Ramón Espinar, uno de los candidatos mejor situados, sobre la compraventa de una vivienda protegida.

Espinar, portavoz de Podemos en el Senado y a quien se sitúa como el candidato 'oficialista' apoyado por el líder del partido, Pablo Iglesias, compite por la Secretaría General de Podemos Madrid con la portavoz en el Ayuntamiento, Rita Maestre, en cuya lista se han integrado varios miembros de la formación morada considerados más próximos al secretario político, Íñigo Errejón.

La candidatura de Maestre (Adelante Podemos con la gente) se había colocado con ventaja al imponerse a la de Espinar (Juntas Podemos) en las votaciones de los documentos políticos y organizativos que marcarán la senda de la formación, pero las consecuencias de las noticias sobre la vivienda del senador pueden agitar de forma incierta el marcador en la elección de la dirección.

De hecho, hay quien admite dentro del partido que el efecto de la polémica por la venta de una vivienda protegida con la que Espinar ganó unos 20.000 euros puede al final beneficiar a su lista tras la ardua defensa de la dirección de Podemos, que se ha volcado con su portavoz en el Senado culpando a «la maquina del fango» de una suerte de conspiración para debilitar al partido y a Pablo Iglesias.

Una conspiración de «intereses y grupos de poder» económicos y mediáticos, según Iglesias, dirigida por los mismos que querían poner en el Gobierno a Mariano Rajoy y tumbar en el PSOE a Pedro Sánchez, y que ahora querrían -dice- condicionar las primarias de Podemos para que gane el sector del partido que creen que «más les conviene».

Es decir que, interpretando las palabras de Iglesias, detrás de los ataques a Espinar ve una campaña contra él mismo y contra su liderazgo, que beneficiaría a la lista de Rita Maestre y con ello al sector «errejonista».

A este cóctel añadía después un ingrediente más la jefa del gabinete de Iglesias, Irene Montero, al achacar a Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid la responsabilidad máxima de la filtración de unos documentos que no son públicos.

Iglesias insiste en su «neutralidad» y repite que nunca ha apoyado abiertamente a ninguno de los aspirantes, pero lo cierto es que al conocer la candidatura de Maestre sí vaticino que habría propuestas mejores, y lo hizo poco antes de que Espinar anunciara su proyecto, al que se han sumado los anticapitalistas.

Todos en el partido han coincidido en avisar de que no están dispuestos a tolerar interferencias externas en sus primarias, pero no a todos parece haber gustado la reacción de Iglesias y su virulencia contra el grupo de comunicación que publicó la noticia, según admiten algunos dirigentes.

Desde la candidatura de Maestre llaman a evitar «tutelas» e «injerencias» y advierten de que «lo que realmente debilitaría a Podemos» es que sus adversarios lograsen dividirles.

Algunos destacados miembros del partido, considerados afines a Errejón, han abogado por «responder con calma» y no alentar la confrontación interna.

«La astucia del zorro frente a la fiereza del lobo. Ser lo que queremos, no situarnos donde ellos quieren. Y nos quieren divididos», escribía Jorge Lago, responsable de cultura de Podemos, en su canal de Telegram.

Otra figura importante, José Manuel López -portavoz en la Asamblea de Madrid y uno de los miembros más destacados de la lista de Maestre- reconocía que el caso de Espinar «perjudica mucho» al proyecto de Podemos.

De otro lado, miembros del partido admiten a Efe que una victoria de Espinar -que se define como el Podemos «rebelde» frente al más «normalizado» de Maestre- puede leerse como el triunfo de Iglesias frente a las tesis «errejonistas».

Y no es baladí lo que Podemos se juega en Madrid, no sólo por la importancia política de la capital, sino porque es aquí donde tienen uno de sus más importantes graneros de votantes.

El proceso de renovación del partido en Madrid puede ser también una especie de anticipo de lo que pueda pasar después en la Asamblea Ciudadana estatal que Podemos tiene previsto celebrar a principio de año, en la que se fijará la nueva hoja de ruta política, estratégica y organizativa de la formación, y donde volverá a plantearse la discusión sobre qué papel deben jugar en las instituciones y en la calle.

A ese segundo Vistalegre es adonde parecen estar mirando todos y el asunto de Espinar no ha hecho más que demostrar que los recelos entre las distintas corrientes del partido están a flor de piel.

Efe

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