La marroquí Samira Yerou, detenida en 2014 en Turquía cuando trataba de viajar con su hijo de tres años a Siria para unirse al Estado Islámico, será juzgada este jueves en la Audiencia Nacional por un delito de pertenencia a organización terrorista por el que la Fiscalía le pide 9 años de cárcel.
El extremismo de la acusada había llegado hasta tal punto que para demostrar su adhesión a la causa yihadista, en la que ya participaba activamente reclutando mujeres, llegó a hacer repetir a su pequeño cuando hablaba por teléfono con un destacado miembro de Dáesh en Siria frases como «degüello al policía» o «quiero ir a los muyahidines».
Tras un proceso de radicalización exprés, primero guiado por teólogos y jeques extremistas saudíes y después a través de las redes sociales -en las que usaba el alias Umm Mohamed-, Yerou contactó entre marzo y noviembre de 2014 con responsables de la red de reclutamiento de Dáesh y del aparato clandestino de Paso de Fronteras, dirigido por el emir Abu Al Harit, relata en su escrito de acusación el fiscal Vicente González Mota.
De este modo acabó dedicándose al envío de mujeres a Siria desde Europa y Marruecos a través de Turquía, y Al Harit le informaba por wasap de las mujeres que conseguían entrar en el Califato.
Su propio viaje a Siria junto a su hijo constituye «la culminación» de los objetivos marcados en su «agenda yihadista» fuera de territorio no islámico «para pasar a la consecución de otros ya en tierras del Califato (Dhar Al-Islam)».
En «dicha agenda» tenía «marcada la difusión lo más amplia posible del mensaje terrorista y violento del Dáesh, enalteciendo, adoctrinando y captando a cuantas más personas mejor para la causa del 'verdadero Islam'», sostiene el fiscal.
Su principal intención con ese viaje era incorporarse a la katiba Al-Khadraa, dirigida por el emir Omar Seif, y contraer matrimonio con Achraf Ben Mohamed Ben Jouied, «Abu Anas Al Andalusi»
Con ese propósito, el 16 de diciembre de 2014 la acusada (que vivía en la localidad barcelonesa de Rubí) cogió un vuelo en Barcelona con destino Estambul (Turquía) para cruzar a Siria tras contactar a través de las redes sociales con otro integrante de Dáesh Abu Ghada, encargado de facilitar el paso de la frontera entre Turquía y Siria de voluntarios que pretenden unirse al grupo terrorista.
Sin embargo no logró llegar a su destino al ser detenida días después por las autoridades turcas y posteriormente expulsada en marzo de 2015 a España, donde se la detuvo a su llegada al aeropuerto de Barcelona. El padre del niño, que había denunciado su desaparición, se hizo cargo del pequeño, que le fue entregado en perfecto estado de salud.
Durante el tiempo en que estuvo retenida en un centro de detención de Turquía, mantuvo conversaciones telefónicas con integrantes del Estado Islámico, muchas de ellas con Omar Seif y en las que hizo participar a su hijo para que le dijera que quería ir con los muyahidines o en las que ella misma decía que su pequeño quería «ir con los muyahidines porque tienen cuchillo que degüellan».
Esos contactos telefónicos también le sirvieron para estar puntualmente informada del paso de mujeres a Siria y llegó a controlar la entrada de nueve de ellas en enero. Además la organización le puso a su disposición un abogado, lo que le permitía estar al corriente de su proceso.
El escrito del fiscal enumera los destacados miembros de Dáesh con los que Yerou mantenía contacto, entre ellos los jeques O Sheik Abu Moab y Abu Al Salid. Este último le envió textos de leyes del Corán y recitaciones de autores salafistas que se utilizan para el adoctrinamiento yihadista.
Para su tareas de adoctrinamiento se sirvió de esos textos y de documentos elaborados por el aparato de propaganda del Dáesh, dos de ellos dedicados a la «Hijra» o emigración de la mujer a territorios del Califato.