La cohesión de la comunidad educativa alrededor de las demandas de la marea verde se ha visto fracturada al abrirse desde una de las partes, los padres y madres de alumnos, un nuevo frente de debate y movilización a través de una huelga de deberes que enfrenta a las familias con los docentes. Mientras la Confederación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), promotora de la huelga de deberes, califica la iniciativa como “éxito rotundo” por el impacto mediático que ha generado, los sindicatos denuncian el malestar que ha provocado en el seno de la comunidad educativa.
“No es ni el momento ni la prioridad educativa”
Las organizaciones sindicales creen que la huelga de deberes es “inoportuna”, “desacertada” e “inadecuada”. Insisten en la necesidad de abordar el debate sobre las tareas de los alumnos pero sostienen que en estos momentos el objetivo de la comunidad educativa es lograr un pacto educativo para tratar de revertir la LOMCE y mejorar la calidad en la educación pública. “Merece un debate y no lo minusvaloramos pero tal y como se ha hecho el planteamiento por parte de la CEAPA al convocar una huelga, con todos los respetos, nos ha parecido inoportuno”, explica a este diario la responsable del sector de enseñanza de UGT, Maribel Loranca. La huelga de deberes comenzó el pasado viernes 4 de noviembre y se mantendrá durante todos los fines de semana del mes. UGT considera que “no es el momento» de convocar la huelga puesto que “hay muchos retos que abordar”. “La comunidad educativa ha demostrado funcionar con unidad y siempre priorizando las cuestiones fundamentales, vamos a trabajar para que no se produzca una fractura”, dice Loranca.
«Simplificación del mensaje»
Por su parte, la CEAPA denuncia el exceso de horas extraescolares que los alumnos dedican a realizar los deberes. “Desde niños de Educación Infantil que salen con deberes para casa todo los días, hasta llegar a jornadas dedicadas a lo escolar que superan las 60 y 65 horas a la semana”, dice la asociación de padres y madres. También alega los problemas de salud que puede llegar a generar el exceso de deberes. “Lo que no aceptamos los adultos, la sociedad se lo impone a los menores sin la menor reflexión sobre sus consecuencias, que son, de forma creciente, perder el tiempo saludable para utilizarlo incluso en visitar consultas médicas para solucionar problemas de angustias, estrés, depresiones, etc”, ha añadido la CEAPA.
Sin embargo, los sindicatos lamentan que la “simplificación” del mensaje en un “tema complejo” provoca la desautorización de los profesores y denuncian que el origen del problema reside en las políticas educativas implantadas por la Administración. “Al final la traducción de este debate es que los padres le dicen a los profesores lo que tienen que hacer y ante la opinión pública parece que los docentes están haciendo su trabajo de manera inadecuada de manera generalizada”, explica a este diario Isabel Galvín, secretaria general de Educación de CCOO Madrid. Lo mismo cree Loranca: “Simplificando los mensajes puede parecer una huelga contra los profesores”. Tanto UGT como CCOO creen que la huelga tal y como la ha planteado la CEAPA “no es la vía para resolver el problema” y creen también que genera “división”.
Currículum y recortes: origen del problema
CCOO lamenta que la iniciativa no trate “el fondo de la cuestión”. Según asegura Galvín, los deberes solo representan la punta del iceberg y apunta al currículum escolar y a los recortes del Gobierno como los causante del deterioro de la calidad educativa. “Me gustaría que se pusiera el foco en un sistema educativo que ha intensificado la presión sobre los centros, sobre los docentes, los equipos directivos y sobre los niños, como por ejemplo a través de las pruebas externas”, denuncia la secretaria general de Enseñanza de CCOO Madrid. “Estamos hablando de las consecuencias y no de las causas. La confrontación dificulta y evita al Gobierno el mal trago de hablar sobre lo que realmente está mal”, añade.
Por otro lado, también sostiene que los recortes son otro elemento “clave” en el conflicto. Afirma que repercuten de manera directa en el alumnado y los equipos docentes. “La falta de profesorado de apoyo que permita que se puedan hacer desdobles y refuerzos para atender al alumnado. La falta de espacio en los centros con ratios muy altas. Son elementos del sistema estructurales que tienen que ver con el modelo educativo que tenemos”, explica Galvín. Los sindicatos reivindican la necesidad de preservar la unión entre familias y docentes. “La huelga se la merece la Administración, los responsables políticos. La colaboración de la familia con la escuela es imprescindible. Si la familia cuestiona al profesor se produce la fractura”, concluye Galvín.
Marina García-Rico