Sony ha puesto hoy a la venta PlayStation 4 Pro, una nueva versión de su consola que soporta el juego en ultra alta definición (4k) y con la que constata que los ciclos de renovación de las máquinas de videojuegos ha cambiado.
PS4 Pro, que ha sido presentada hoy en Madrid y ha salido a la venta en todo el mundo, también es compatible con la tecnología de imagen HDR, que mejora la iluminación y el color de los gráficos.
Con la llegada del nuevo «hardware», convivirán en el mercado dos máquinas PlayStation: una básica, con las mismas especificaciones técnicas que la lanzada en 2013, y la PS4 Pro, más potente. Las consolas empiezan a actualizarse con más frecuencia que antaño.
PS4 Pro tiene una mayor capacidad de procesamiento y más potencia gráfica que su hermana PS4, con el objetivo de permitir el juego en 4k y ser compatible con la tecnología de imagen HDR, que mejora la luminosidad y el color.
La consola cuenta con el doble de núcleos gráficos que PS4, que ha pasado de 16 a 32 y ha añadido un giga de memoria RAM, unos cambios diseñados para soportar el juego en 4k.
PlayStation 4 Pro es compatible con todo el catálogo de videojuegos de la versión básica y con sus periféricos, entre los que están las gafas de realidad virtual PlayStation VR.
El director de marketing de Sony Interactive Entertainment en España, Jorge Huguet, ha asegurado hoy que los usuarios de la PlayStation 4 original podrán jugar a los próximos lanzamientos, que no se verán perjudicados con el lanzamiento de esta nueva consola.
La llegada de PS4 Pro ha estado acompañada de la polémica acerca de la calidad de los gráficos 4k de los juegos, ya que la consola ofrece un escalado y no 4k nativo.
«Si bien PlayStation 4 Pro no ofrece una resolución 4K nativa, nuestros ingenieros han desarrollado tecnologías que hacen que, sin ofrecer esa resolución, sea casi imperceptible diferenciarlas», ha defendido.
La nueva consola también puede reproducir vídeos y películas en 4k mediante servicios de «streaming», aunque no cuenta con un reproductor de discos Blu-ray.
EFE