domingo, noviembre 24, 2024
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Por qué Rajoy no podía prescindir de Luis de Guindos

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Mariano Rajoy ha reconocido en infinidad de ocasiones que no le gustan los cambios. Su nuevo Gobierno es un claro ejemplo de ello: seis de los nueve ministros que le quedaron al final de la travesía de diez meses de Ejecutivo en funciones han repetido. La mayoría por una cuestión de amistad y confianza ciega. Aunque hay en uno de ellos que destacan principalmente los componentes de necesidad y de profesionalidad. La Comisión Europea ha vuelto a demostrar este miércoles que el líder del PP no podía prescindir de Luis de Guindos al frente de Economía. Después de evitar la multa a España, ha conseguido que Bruselas no congele los fondos estructurales. Sin duda alguna, Guindos es el hombre de Rajoy en Bruselas.

Sus amistades e influencia en la capital europea, en estos momentos convulsos, son claves para el presidente del Gobierno, que en las próximas semanas tendrá que hacer malabarismos para aprobar el techo de gasto, el objetivo de estabilidad presupuestaria, y en último término los Presupuestos Generales del Estado para 2017 en los que supuestamente se tendrá que incluir un recorte de 5.500 millones de euros. Bruselas ya ha advertido de que España tendrá que cumplir con sus compromisos y que no caben excusas. Aunque por el momento ya ha demostrado una flexibilidad, que tanto en el PP como en el Gobierno, relacionan directamente con la “capacidad negociadora” de De Guindos.

El actual ministro de Economía, Industria y Competitividad parecía que sólo iba a estar una legislatura. Llegó al Gobierno de Mariano Rajoy como tecnócrata e independiente (no está afiliado al PP) con una clara misión: ayudar a Rajoy a reconducir la situación económica española, que en ese momento registraba más de un 9% de déficit público. Aunque su relación con la política, y en especial con el Partido Popular, no se inició en 2011. En 1996, recién llegado José María Aznar a La Moncloa, y con apenas 36 años de edad, ya asumió el cargo de director general de Política Económica y Defensa de la Competencia. Rápidamente escaló posiciones hasta acabar como Secretario de Estado de Economía, sin duda alguna, el puesto técnico más importante del Gobierno.

Rajoy desde el principio tenía claro el objetivo que encomendaría a De Guindos: pilotar las relaciones con la Unión Europea y con los fondos de inversión para mejorar la financiación de España. Su currículum internacional lo avalaba. De Guindos, economista de profesión, y Técnico Comercial del Estado de oposición, no sólo ha sido consejero de Endesa y de Unidad Editorial, sino que además consiguió salir indemne del mal trago de haber presidido Lehman Brothers en España. Cristóbal Montoro se quedó con la economía doméstica y él se encargó de representar a España en el ámbito económico internacional.

Su amistad con Wolfgang Schäuble

Cinco años intensos en los que De Guindos ha sido más valorado de puertas para afuera, que de puertas para adentro. Su relación con el todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha sido clave en su ascenso en Bruselas. De hecho, el ministro de Economía de Rajoy pasó de representar al Gobierno que suponía una amenaza para el euro en 2012, a ser candidato de Berlín para presidir el Eurogrupo en 2015. Por entonces, todos los rumores apuntaban a la posibilidad de que De Guindos dejara el Ejecutivo. Es más, él nunca ocultó en los últimos meses su intención de dejar la política y volver a la empresa privada.

Sin embargo, finalmente volvió a aceptar el encargo de Rajoy. Se rumoreó con la posibilidad de que ocupara una Vicepresidencia económica. Eso hubiera supuesto restar poder a Soraya Sáenz de Santamaría y el líder del PP no se quiso meterse en terreno pantanoso. Al final, De Guindos ha visto ampliadas sus competencias con la cartera de Industria, y por el momento le ha bastado. Un gran triunfo para Rajoy, que en estas circunstancias de minoría absoluta en el Parlamento nacional no podía prescindir de él si quería conservar la influencia actual de España en Bruselas.

Hoy esta apuesta ha dado sus frutos. Por el momento, no habrá congelación de los fondos estructurales europeos para España y Portugal, que en el caso español hubiera puesto en peligro unos 1.200 millones de euros. La comisión asume así que España ha tomado medidas efectivas para contener el déficit, tras el endurecimiento del impuesto de Sociedades -que podría inyectar en torno a 9.000 millones de euros-, el cierre anticipado del presupuesto y acuerdos de no disponibilidad presupuestaria.

Elsa S. Vejo

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