Quizás para que todos vuelvan a hablar de ella, o simplemente para intentar lograr el premio 'Desfibrilador de tontos' de Carlos Herrera, el caso es que Carolina Bescansa ha vuelto a liarla este jueves, con motivo de la sesión plenaria del Congreso de los Diputados.
La mujer que se atrevió a llevar a su hijo recién nacido, Dieguito, ha querido darle lecciones a la mismísima Reina Doña Letizia por el hecho de ir que al hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo con sus dos hijas, Leonor y Sofía, sin recordar quizás que tienen títulos nobiliarios.
En su tweet se puede leer: «Letizia, si vas a llevar a tus hijas al hemiciclo, prepárate para una campaña de insultos y descalificaciones sin límites», aunque sin precisar si ella misma era la que iba a llevar a cabo la misma.
Hay que recordar que Carolina Bescansa montó su particular numerito atroz en el Congreso de los Diputados a mediados de enero de 2016, en la sesión constitutiva de las Cortes, cuando acudió a la misma con su bebé, pese a tener niñera y que el hemiciclo dispone de un servicio de guardería.
Su acción motivó muchas críticas, entre ellas la del periodista Federico Jiménez Losantos que acusó a la podemita de «maltrato infantil» y de ser «mala madre». El periodista de COPE incluso subrayó que «deberían quitarle el niño por mala madre y maltrato infantil»-:
En cuanto tienen a un bebé lo exhiben, que parece además los que alquilaban los rumanos en la peor época de su existencia. A lo mejor el niño iba dopado porque desde la nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde el niño aguantando flashazos sin ponerse a llorar, hacer pipí o popó. A lo mejor es que hacía lo de antaño: el chupete con anís o el valium y el niño a dormir, que es como pedían limosna esos rumanos.
Quizás la diputada no recuerde que el 19 de junio de 2014 tanto la Princesa de Asturias Leonor como la Infanta Sofía asistieron ya a la ceremonia de proclamación de Felipe VI como Rey de España, tal y como revelan las miles de instantáneas que circularon por los medios de comunicación, así como que su presencia en aquel acto no fue impedimento alguno para el normal desarrollo del mismo.
M. A.