Pablo Iglesias acabó «disgustado» al término de la solemne sesión de apertura de las Cortes. El motivo: el despliegue de una bandera republicana en la tribuna del Congreso por parte de un senador de Izquierda Unida. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha sido la encargada de desvelar que al líder de Podemos no le gustó que se exhibiera la enseña. El propio Iglesias aseguró este jueves que sacar la bandera «ni era el momento ni el lugar».
Pastor considera que el despliegue de la bandera republicana es un hecho «reprobable», aunque decidió no interrumpir la sesión porque entendió que «el buen orden y el bien mayor» era escuchar el discurso del rey Felipe VI. Eso sí, de no haber sido una sesión ordinaria, la presidenta del Congreso ha dejado claro que no hubiera dudado en reprender al senador e instarle a que quitara la bandera. «Si no lo hubiera hecho, le hubiera expulsado al tercer aviso», subraya.
Para la exministra de Fomento, cada vez hay más ciudadanos que están «tomando nota» de cuál es el cometido del Parlamento y de que hay determinadas actitudes «que no son razonables», aunque no ha entrado en valorar si algunos diputados de Podemos respetaron la intervención del rey en el Congreso y se ha limitado a afirmar que no comparte determinadas actitudes que se vieron en el hemiciclo.
La presidenta de la Cámara Baja también ha señalado que en los cinco meses que lleva al frente del hemiciclo ha vivido situaciones más problemáticas que «probablemente» en toda la historia del parlamentarismo español y por eso, ha matizado, «solo faltaba que la presidenta perdiera la serenidad», aunque a algunos les gustaría que «echara más leña al fuego» pero no lo va a hacer.
Pastor también se ha referido sobre el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, y las duras acusaciones que lanzó al PSOE en el debate de investidura de Mariano Rajoy, afirmando que le trasladó que tiene que imperar el respeto en la Cámara.
En un momento como este, con la Cámara más plural de toda la democracia, Pastor ha insistido en que hay que dar «ejemplaridad» porque esta es «la casa de la palabra», donde se convence a los contrarios, pero, a su juicio, lo que está viendo por ahora es que algunos grupos «están defendiendo sus ideas pero no con la palabra».
S. J.