22 de agosto de 2016. Diana Quer sale de fiesta con sus amigos en A Pobra Do Caramiñal (A Coruña) y a las 2:30 decide regresar a su casa donde pasaba unos días de vacaciones con su madre y su hermana. Llega a casa y vuelve a salir sin DNI y con 20 euros. Su teléfono se encuentra apagado y el último en recibir noticias de ella es un amigo de Madrid al que le dice que “un gitano le está acojonando”. Más tarde, varios testigos aseguran haberla visto subirse a un coche con unos desconocidos en Taragoña . A partir de ese momento, nadie vuelve a saber nada de Diana Quer.
Hasta el 27 de octubre, la investigación de Diana Quer se había estancado. Sin embargo, el hallazgo del teléfono móvil en un puente de la Autovía de Barbanza (A Coruña) se ha convertido en la principal esperanza para un caso que alcanza ya los 100 días y que ha cobrado interés nacional. Un área de 250 kilómetros y unas 20.000 llamadas telefónicas investigadas son algunos datos que revelan la magnitud que a la que ha llegado la desaparición de Diana.
El abogado de Diana López, madre de la joven desaparecida, ha asegurado este jueves en Espejo Público que están convencidos de que alguien vigilaba a Diana Quer para conocer el recorrido de regreso a su casa en A Pobra do Caramiñal y que la raptaron a lo largo de ese camino sin dejar pistas.
Los agentes que se encargan de la investigación han podido comparar las señales telefónicas por dónde pasó el teléfono de Diana Quer y averiguar qué líneas coincidieron con los últimos movimientos registrados en el móvil de la joven de 18 años. Si hace unos días, el número de sospechosos se encontraba en 15, el jueves esta cifra se redujo a 9.
En las últimas semanas, la Guardia Civil ha logrado identificar el vehículo al que se subió Diana Quer la madrugada del 22 de agosto aunque no se ha procedido a la detención del vehículo ya que las imágenes no permiten averiguar ni la matrícula ni el modelo de dicho coche.
A pesar de que todavía no se ha revelado si los agentes han logrado extraer información del iPhone de Diana, los padres de la joven madrileña se encuentran esperanzados con los avances de la investigación aunque reconocen seguir aferrados a “un hilo de esperanza”. “No hay buenas noticias, pero tampoco son peores, por lo que mantiene el ánimo”, explicaron fuentes cercanas al padre.
Los problemas familiares que existían entre la madre y sus dos hijas quedaron de lado y la madre de Diana, que en los últimos días ha sufrido altibajos, continúa pensando que su hija se fue en contra de su voluntad y no como se creía en un primer momento. Ésta sospecha que hay testigos que “no dicen toda la verdad” o que “ocultan información”.
Andrea Morea