Torbe ha reaparecido. Un mes después de salir de la cárcel, Ignacio Allende Fernández, el conocido director de cine porno ha paseado por los pasillos de Expocómic, la feria madrileña dedicada al manga y a los tebeos.
Interesado por el mundo de los relatos gráficos, el actor y productor de cine porno ha paseado por la feria madrileña, para conocer en profundidad esta industria. Y es que parece que Torbe se quiere reconvertir, o al menos, diversificar su negocio. El mayor productor de cine porno de España quiere dedicarse a la industria del cómic: tiene la intención de abrir una editorial de este tipo de publicaciones ya que era dibujante, según ha podido saber Estrella Digital.
El empresario vasco consiguió la libertad provisional a comienzos del mes pasado tras pagar 100.000 euros de fianza y siete meses entre rejas. Se le acusa de cuatro delitos: trata de seres humanos, difusión de pornografía infantil, abuso sexual de menores y un delito contra la hacienda pública. Conocido como “el rey del porno español”.
Fue detenido en abril por estar implicado en una red de trata de mujeres procedentes del este de Europa a las que se obligaba a llevar a cabo prácticas sexuales sin su conocimiento y ser grabadas. La implicación de Torbe era, precisamente, realizar la producción necesaria: ponía a disposición pisos, camas, cámaras y los propios participantes en las prácticas grabadas. Además, las imágenes se difundían en internet a través de webs gestionadas por Torbe.
Multiplicación de denuncias
Desde que se conoció la detención, varias chicas, muchas de ellas menores de edad, denunciaron ante las autoridades presuntos abusos por parte del empresario vasco. Una de las jóvenes que declararon ante el juez explicó los abusos. «Me obligó a realizar actos sexuales con él y también a participar en los siete bukkakes que hice con más de 50 hombres», aseguró. Es precisamente en esas prácticas, que consisten en que muchos hombres eyaculan sobre una mujer, donde se acusa a Torbe de someter a las mujeres a vejaciones extremas.
Además, presuntamente, el productor ofrecía 200 euros a chicas por posar para hacerles fotos eróticas con las que después les amenazaba: si no accedían a participar en prácticas sexuales y ser grabadas en webcams, las publicaría.
Redacción