Por la mínima, pero sumando a los anticapitalistas, Pablo Iglesias supera la mitad de la organización y obtendrá una holgada mayoría con el sistema electoral elegido. Si no hay acuerdo previo a Vistalegre II, Errejón quedará aislado en el interior de la formación.
No obstante, puede analizarse también que las dos propuestas de sistema electoral que rechazaban la prima mayoritaria impuesta por Echenique han superado a la propuesta de Iglesias. El 39,12% de Errejón y el 10,5% de la alternativa anticapitalista, superan el 41,7% que retiene Iglesias. Parece que el partido desea imponer correctivos al poder del Secretario General.
Un 20% de los llamados a participar y un 40% de los que han participado en las consultas de este año han dado una estrecha victoria a Iglesias, reproduciendo en las bases la división tanto de los órganos de dirección como en el Grupo parlamentario.
Alrededor de 99.000 personas han elegido fundamentalmente el sistema de votación que decidirá el congreso de febrero. El resultado permitirá a Iglesias unir su elección a la del conjunto de su candidatura y ésta al documento político. La artificiosa alternativa diseñada por Echenique que modifica el sistema vigente introduce dos cambios: garantizar que las listas menos votadas obtengan una mínima representación y premiar a las candidaturas fruto de la fusión de varias listas.
Es en ese punto, si se mantiene la alianza política entre Iglesias y los anticapitalistas, donde Errejón será derrotado, ya que de mantenerse los porcentajes obtenidos este jueves en Podemos, la alianza podría hacerse con más del 70% de los puestos de dirección.
Aunque los anticapitalistas rechazaban el apaño electoral de Echenique y aceptaban la potenciación de las minorías, han acordado con Iglesias la asociación entre documento y dirección política. Podrán igualmente aspirar a colocar en el puesto de Errejón a algún miembro de su corriente, por ejemplo la andaluza Teresa Rodríguez, aunque ella misma se ha descartado.
Iglesias no ha sido derrotado. Podrá mantener su liderazgo, tal y como había anunciado, aunque no obtener la mitad más uno del electorado debilita su posición política. Esta debilidad podría ser utilizada por Errejón para forzar un acuerdo previo a la asamblea de febrero. Es más, ésta es la opción que podría interesar al actual 'número dos' de la formación. Las advertencias lanzadas en la campaña electoral interna por Iglesias tenían como objetivo desanimar la persistencia de Errejón y transmitir la idea de que es cuestionable que pueda mantener sus responsabilidades si mantiene hasta el final el conflicto con la propuesta política.
Echenique ha declarado que “no es un voto que indique que Podemos está dividido, sino que hay división de opiniones». Sea una formación dividida o llena de opiniones, la formación no llega pacificada al cónclave de febrero. Los resultados mayoritarios, sin embargo, si no median acuerdos, facilitan el espacio de maniobra del equipo de Iglesias, tanto en el marco electoral como en el organizativo, singularmente, en la administración de los censos de la formación.
Mantener el censo abierto hasta la asamblea era una estrategia de Errejón que creía poder impulsar afiliaciones hasta el mismo día de la celebración del encuentro con el objeto de que no solo fuera la afiliación sino también los votantes quienes pudiesen intervenir en las decisiones. No obstante, los resultados han privado a Errejón de la baza del electorado.