El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, elaboró una teoría sobre le emigración creativa de los españoles y españolas, especialmente los más jóvenes. ”Actualmente, los jóvenes que se marchan al extranjero a trabajar muestran inquietud y amplitud de miras», a la vez que ha subrayado que “irse fuera enriquece”.
Dastis respondía así en el Pleno del Congreso a una pregunta del diputado de Unidos Podemos Pablo Bustinduy Amador, quien ha pedido al Gobierno que ponga los medios para «no abandonar a su suerte» a los «cientos de miles, quizás millones» de españoles que han tenido que emigrar por culpa de una crisis que ellos no causaron.
En ambos casos parece una notable exageración.
Las cifras globales
Desde 2008, 518.590 habitantes han salido de España, un 1,1% de nuestra población actual. De ellos, han retornado 310.002, en el mismo periodo, un 60% de los que se fueron. Por lo tanto, el saldo migratorio que deja la crisis es de doscientos mil personas emigradas, entre nacionales y no nacionales que retornan, el 0,43% de nuestra población.
Si nos referimos solo a los nacidos o nacidas en España, la emigración se sitúa en estos ocho años en 484.967, de los que han retornado un 53%,194.716. El saldo migratorio se sitúa en 290.251 personas, un 0,7% de la población nacida en España.
En suma, retornan más los inmigrantes no nacionales que abandonaron España en los primeros momentos de la crisis.
En consecuencia, muy por debajo de las cifras de “los peores momentos de la historia” a los que se refería Bustinduy. «A mi me daría vergüenza gobernar un país que como en los peores momentos de su historia sigue expulsando a su gente de su tierra», ha señalado el diputado. Un relato, que en la más moderna línea de la “posverdad” populista no se corresponde con los datos disponibles.
Quién emigra
La cuestión clave, si se analizan los datos, en relación con otros procesos de emigración históricos, es que entre los cero y los dieciocho años, abandonaron el país, 125.669 personas menores de edad, de las que regresaron 89.316, una tasa del 71%, la más alta entre los grupos de edad.
Lo que resulta indicativo de dos factores: el peso de la infancia en el retorno de las familias y que los inmigrantes con hijos nacidos en España han vuelto a nuestro país en buena medida. El saldo migratorio de la infancia es de 36.353 personas.
Si contemplamos la emigración de la población trabajadora más joven, la comprendida entre 25 y 39 años, la emigración ha sido escogida por 146.844 de quienes han nacido en España, un tercio del total de la emigración, de quienes han retornado el 31%, 46.203. El saldo migratorio en estas cohortes trabajadoras o profesionales se sitúa en 100.000 personas. Esta saldo, supone un 1,4% de la población española de esa edad.
Miguel de la Balsa