Dos jóvenes de Camerún y de Guinea Conakry fallecieron este domingo cuando intentaban saltar la valla que establece la frontera entre Ceuta y Marruecos, según ha denunciado el obispo de Tánger, Santiago Agrelo. El religioso asegura además que otro joven camerunés perdió un ojo en el intento de asalto, que protagonizaron unas 1.100 personas, según la Delegación del Gobierno de Ceuta.
El obispo ha criticado el silencio de las administraciones sobre estas muertes, según recoge el diario digital Ceuta Actualidad. “Nadie da información de los muertos, lo cual me escandaliza mucho. La frontera es una zona oscura para los medios de información, es decir, que allí las autoridades pueden hacer lo que les venga en gana”, ha explicado a este medio.
Es más, el religioso ha criticado la versión que ha dado la Delegación del Gobierno de los hechos que ocurrieron el domingo en la valla de Ceuta, según la que los migrantes actuaron de manera “extremadamente violenta y organizada” y aparecieron armados con “barras de hierro, cizallas y piedras”. De hecho, esta versión oficial apunta a que cinco guardias civiles y unos 50 militares marroquíes resultaron heridos, uno de ellos perdió un ojo.
Para Agrelo, esta versión es completamente opuesta a lo que pudo ver con sus propios ojos cuando este lunes visitó los campamentos de Beliones, donde muchos de estos migrantes esperan para tratar de cruzar la valla. “Subo a Beliones; reparto de alimentos entre unos chicos a los que jamás vi armados de nada más que de hambre, frío y suciedad”, escribe el obispo en su perfil de Facebook.
De hecho, explica que los jóvenes subsaharianos no tienen posibilidad de conseguir armas en ese lugar, apenas pueden hacerse con una palanca para intentar forzar las puertas de la valla, según cuenta a Ceuta Actuaildad. “Ellos saben que, además, en cualquier enfrentamiento tendrían todas las de perder«, explica el religioso. «La fuerza de estos jóvenes reside, precisamente, en su debilidad”, sentencia.
Agrelo también ha explicado que algunos de los migrantes que se encontraban en los montes de Marruecos han sido deportados mientras otros grupos han vuelto a Tánger. “Pero hay quien se queda y resiste”, concluye.
También Amnistía Internacional (AI) denunció «devoluciones en caliente» de cerca de setenta personas en la frontera sur, tras ese asalto masivo. De hecho, en un comunicado, la organización considera que el 1 de enero se produjo «una de las mayores expulsiones sumarias» de los últimos meses en la frontera sur.
El director de Amnistía Internacional, Esteban Beltrán, indica que solo dos personas heridas graves han logrado entrar en Ceuta y se encuentran hospitalizadas, pero se ha expulsado a gente «con heridas leves», aunque no menciona el extremo de los fallecidos a los que se refiere el obispo.
«Nos preocupa que las personas no estén accediendo a procedimientos individualizados de asilo, puesto que en este intento de salto podría haber tanto solicitantes de asilo como personas de colectivos vulnerables, incluidos menores, que no estarían accediendo a esos procedimientos», añade el director de la organización.
En 2016, más de 2.000 personas han intentado entrar por Ceuta y Melilla, en al menos diez saltos masivos, y centenares de ellas han sido devueltas, según Amnistía Internacional.
Paula Pérez Cava