martes, septiembre 24, 2024
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Sánchez Mato hace un favor al Sabadell

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De la deuda es impagable a pagar por adelantado hay un camino: el de la ineficiencia. El Ayuntamiento de Madrid presume ahora no ya de pagar deudas, sino de haber adelantado los pagos. A final de 2016, ha reducido en 944 millones de euros la posición deudora ante el sector financiero (no se han devuelto bonos emitidos). Sin embargo, en los presupuestos de 2016 solo se estimaban vencimientos por valor de 585 millones.

Es decir, se han pagado por adelantado 339 millones que han de sumarse a los 365 millones que se amortizaron anticipadamente en 2015. Se trata, nada más y nada menos, que de 704 millones en dos años.

Sánchez Mato, una alegría para el sindicato del Sabadell

En tiempos de tribulación financiera y de necesidad de reducir exposición crediticia, las entidades financieras adoran a quien mejora su capitalización. Quién iba a decirle al que vino para “acabar con el sistema”, según declaración del propio Sánchez Mato en el plenario madrileño, que acabaría haciéndole un favor al sistema financiero.

De los 944 millones pagados este año, el 29,6%, 280 millones corresponden a una operación con Dexia Sabadell (la 'joint venture' en la que el banco catalán participaba con la belga Dexia Credit). Esta operación alcanzaba los 881 millones de euros y en estos momentos ha quedado reducida a 69 millones.

Se trata de una operación firmada el 21 de octubre de 2011. El Ayuntamiento se había subrogado en la posición deudora de Madrid Calle 30, S.A.  De este crédito vencían 40 millones en 2015 y 44 en el ejercicio de 2016.

El año pasado, se amortizaron anticipadamente 305 millones y en 2016, si se descuentan las cuotas vencidas, la anticipación ascenderá a 236 millones. Es decir, el Sindicato organizado por DEXIA- Sabadell se ha llevado el 78% de la deuda pagada por anticipado en dos años.

En estos momentos se trata de catorce entidades financieras de las que siete eran extranjeras. La más relevante la Caisse Francaise, a la que se le han devuelto cerca de 85 millones de euros. Este crédito estaba referenciado en el Euribor, con una penalización del 0,89% para este periodo. Por cierto más barato que otros créditos suscritos en 2014.

El 8% de lo pagado este año ha correspondido a una amortización completa anticipada del Credite Agricole de 75 millones de euros  (vencía en2023). Otros cien millones se los han repartido Caixabank y Bankia.

¿Por qué no renegociar? Porque quisimos ser bonos basura

Una alternativa al coste del endeudamiento, los gastos financieros, en los momentos en los que los tipos de interés se han reducido es la refinanciación del endeudamiento.

El Ayuntamiento no puede recurrir a esta estrategia ya que, a propuesta de Sánchez Mato, se decidió suprimir el contrato con las Agencias de calificación. En la Comisión de Economía del Ayuntamiento, el Concejal de Economía y Hacienda de Manuela Carmena hizo una de sus más estentóreas declaraciones: “ojalá me pongan en bono basura”. Como consecuencia, al Ayuntamiento se le retiraron los “rating· en enero de 2016.

La consecuencia, efectivamente, es que sin estos «rating» no se puede renegociar. El Ayuntamiento mantiene créditos firmados en 2014 con un capital vivo de 189 millones por los que paga un 2% de coste financiero, por encima del mercado en la actualidad. Estos créditos son más caros que el prácticamente amortizado al sindicato del Sabadell.

¿De dónde sale el dinero? De las inversiones no efectuadas

Los ciudadanos de Madrid han pagado deudas por anticipado no porque la institución haya ahorrado o por renegociación financiera o por alguna de esas quitas estratégicas de deuda ilegítima que, en su momento, propuso Ahora Madrid. Se trata de, nada más y nada menos, un superavit municipal sobrevenido debido a que no se ejecuta el presupuesto.

Efectivamente, el Ayuntamiento disponía en el presupuesto de 2016 de 561 millones para invertir en operaciones de capital (inversiones directas y transferencias), según el último boletín publicado por el Ayuntamiento, correspondiente al mes de Octubre, solo se había ejecutado un 36%. La diferencia se convierte, automáticamente, en superávit.

Y esta es la cuestión: según el artículo 32 de la ley que regula la sostenibilidad de las administraciones públicas, aquel superávit que no se invierte debe ser aplicado a reducir deuda.

En suma, Madrid adelanta el pago de deuda a cambio de no hacer más de la mitad de las inversiones presupuestadas, y no refinancia deuda para abaratar gasto financiero por mala gestión y decisiones estratégicas de la Concejalía de Economía. Madrid se enfada, descubre que ahora es revolucionario pagar deudas que nadie reclama. Y el sistema ríe. 

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