En la actualidad, cuatro millones de españoles divorciados viven sin mantener ningún tipo de relación con sus hijos, o en el mejor de los casos, sin ejercer la paternidad, únicamente cuatro días al mes distribuidos en fines de semana, más los días asignados en las vacaciones de verano, Semana Santa y Navidad. Es decir, hay padres y madres que sólo disfrutan de sus hijos durante 102 días al año. Esta es la realidad de un país donde rara vez se observa un pacto entre progenitores para compartir la custodia del menor. Esto sucede, entre otros motivos, por el diferente criterio que tienen de resolver este tipo de casos los juzgados de familias, las audiencias provinciales y el Tribunal Supremo. Por este motivo, José Vicente La Cave, teniente alcalde de Brunte, abogado y mediador familiar defiende la creación de una Ley Nacional de Custodia Compartida que acabe con esta problemática y que ayude a aunar criterios a la hora de legislar. Además, solicita a todos los poderes públicos que se centren en reducir la conflictividad para que los menores puedan crecer en una situación lo más normalizada posible.
– ¿Cómo se encuentra la situación actual de la custodia compartida en España?
– En primer lugar, hay que resaltar que no existe una Ley Nacional de Custodia Compartida. Esto se traduce en un conflicto entre la jurisprudencia del Tribunal Supremo, que por cierto ha dado grandes pasos a favor de la custodia compartida estableciéndola como sistema prioritario, y la de muchos juzgados de familia y audiencias provinciales como la de Madrid que ejerce una desobediencia casi civil de la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Esto da lugar a que los padres tengan que ir de un proceso a otro con recursos sucesivos, alargando la incertidumbre. Además de esto se produce otra situación derivada del sistema que tenemos de competencias autonómicas. En dos comunidades autónomas como el Euskadi y Cataluña existe una Ley Autonómica de custodias compartidas que lo que genera, es que en función del territorio donde estés, ni siquiera de donde seas, sino donde residas en el momento del divorcio podrás disfrutar o no de la custodia compartida.
– Es decir, en este sentido, ¿aboga o sería partidario de centralizar este asunto?
– Sí. Todos los niños españoles, todos los padres españoles y todas las madres españolas tienen que tener los mismos derechos. Hay que tener en cuenta que es un tema muy sensible que afecta a más de cuatro millones de personas.
– ¿Está nuestra Justicia retrasada respecto a otros países europeos en este sentido?
– Efectivamente, como en tantas otras cosas. Incluso, nos están dando lecciones en otros lugares donde nosotros exportamos el derecho, el idioma, la cultura… En los países europeos también nos están demostrando cómo debemos afrontar este problema. Por ejemplo, en Francia sorprendentemente el partido socialista aboga por la custodia compartida. Digo sorprendentemente porque la custodia compartida lo que garantiza en primer lugar es la igualdad entre todos los ciudadanos sin tener que depender de dónde vives, sólo se tiene en cuenta la igualdad entre hombre y mujeres. Además, es un derecho de los niños reconocido por la propia legislación internacional que España suscribió como parte de los derechos internacionales del niño. Por su parte, Suecia, un país que siempre ha sido referencia para la 'izquierda' española por el avanzado estado de bienestar que ha tenido, reconoce a los menores de 18 años su derecho de estar bajo la custodia conjunta de ambos progenitores.
– Como experto en la materia, ¿cuál sería para usted la Ley de Custodia Compartida perfecta?
– Primero deberíamos eliminar el retraso a la hora de resolver sentencias, pero sobre todo debemos suprimir la improvisación. Para ello debemos de impulsar una nueva Ley Nacional de Custodia Compartida que no cierre la puerta a la revisión de sentencias que se hayan producido antes que la nueva ley, sino que debería permitir a los padres que lo deseen acogerse a este nuevo régimen jurídico y solicitar la custodia compartida. Nos gastamos mucho dinero en campañas de educación y de igualdad en los colegios para explicar a los niños y a la sociedad que las tareas domésticas tienen que ser desarrolladas por los padres independientemente de su sexo, pero esta idea sólo la mantenemos mientras el matrimonio tiene vigencia. También se debería de llegar a un consenso porque no se entiende que sea la 'izquierda' la que se oponga a aplicar estas medidas que buscan la igualdad de género y ser un complemento a leyes básicas como son las leyes de violencia de género.
– ¿Puede ayudar una Ley Nacional de la Custodia Compartida a arreglar otros problemas como la violencia doméstica o la discriminación salarial? Y si es así, ¿cómo?
– No existen fórmulas mágicas, pero si sería un complemento ideal para la Ley de Violencia de Género. De hecho, el mayor número de agresiones y de incidentes en temas de violencia familiar se producen en el momento del divorcio, porque es sobre todo a la incertidumbre que existe la que genera esta serie de conflictos. No es justificación, pero si se reduce el elevado número de litigios y se supera rápidamente el divorcio, con una situación que sea admitida y válida para todas las partes, estaríamos ayudando en buena medida a que reduzca el número de agresiones en el seno familiar. Por otro lado, también ayudaría a la conciliación laboral. Por ejemplo, en los años 90 se tenía una preferencia en la contratación por el hombre frente a la mujer porque no se hacía responsable de las cargas familiares. Además, esto también afecta a la brecha salarial porque en las empresas tienden a remunerar más al hombre, que por norma general suele carecer de cargas familiares y por lo tanto puede dedicar mayor tiempo a su empresa.
– ¿Qué medidas se pueden aplicar para apoyar el régimen de Custodia Compartida?
– Toda la sociedad tiene que estar implicada en esta lucha porque en definitiva lo que está en juego son unos menores, unos niños que el día de mañana van a ser adultos y se van a desarrollar en una sociedad. Han de crecer por lo tanto de una manera sana y equilibrada y eso sólo lo otorga la custodia compartida. De hecho, hay muchos estudios al respecto que lo demuestran. Los abogados tienen un papel fundamental en la defensa de los derechos del menor y tenemos que evitar incidir en el conflicto en el momento del divorcio e intentar llegar a acuerdos cordiales. Esto lo garantizaría una Ley de la Custodia Compartida. Si existe conflictos entre los padres se pueden evitar porque en realidad no tendrían por qué verse en una situación de régimen de custodia compartida. Valdría con que el padre o la madre recoja al niño en el colegio que es una situación más normal que hacerlo en los puntos de encuentros habilitados en la actualidad. Por último, todos los poderes públicos deberíamos estar centrados en reducir la conflictividad para que los niños crezcan de una manera equilibrada sin vivir momentos de estrés y violencia. Yo como teniente alcalde de Brunete he promovido una bonificación para igualar el IBI que pagan las familias numerosas al de las familias monoparentales que estén en régimen de custodia compartida. Esto que es algo simbólico, pero representa el apoyo y el compromiso que debe de tener toda la Administración Publica.
– ¿Qué beneficios para el menor puede tener para el menor un régimen de custodia compartida?
– Son innumerables, pero quizás el mayor de ellos sea evitar el estrés que sufre el menor cuando la pareja se enzarza en una batalla de litigios y recursos. Además la custodia compartida ayuda a normalizar una situación dolorosa. De hecho, puede llegar a beneficiar a que los padres superen de una manera más sencilla el trauma que significa el divorcio, que no es más que el fracaso de un proyecto de vida.
– ¿Son el odio y el rencor entre las parejas dos de los factores claves para que en España no abunden los casos de regímenes de Custodia Compartida?
– Sí, claro. Cuando existe mala relación entre los padres y por desgracia lo vemos a diario en los despachos, sobre todo cuando es la madre la que no asimila el divorcio, se castiga al padre, en este caso, privándole de una relación cotidiana y normalizada con hijo. En muchos casos, la mujer también utiliza una supuesta mala relación para quedarse con la casa y recibir la pensión. Por tanto es dejar en la mano de uno de los afectados la posibilidad de custodia compartida. Por último, el egoísmo es otro de los factores que influye porque hay hombres y mujeres que no quieren implicarse en la educación de sus hijos y prefieren centrarse en su ascenso laboral o en sus momentos de ocio.
– ¿Es machista o patriarcal el actual régimen de custodia?
– En buena medida es absolutamente patriarcal y machista. Por este motivo, no entiendo que haya grupos feministas que estén en contra de la custodia compartida. Lo que sorprende es que sean los partidos de centro derecha lo que tengan que defender la custodia compartida. Sorprende porque siempre ha sido una bandera de la izquierda, sobre todo en materias de igualdad.
– ¿Son esperpénticas algunas de las sentencias que ha podido observar a los largo de su carrera? ¿Podría poner un ejemplo?
– Por desgracia, muchas. Recuerdo una sentencia donde una pareja sin hijos solicita a la juez la custodia compartida y de su mascota. Lo sorprendente es que el juez trató con mayor sensibilidad el asunto que muchos jueces que dictan sentencias en casos de custodias con menores. En este caso, el magistrado afirmó que la mascota tenía derecho a relacionarse con los dos dueños. No tiene sentido que se le reconozca este derecho a un animal y no a los menores.
Carlos Lospitao