lunes, noviembre 25, 2024
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Frente al animalismo, humanismo

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“Los hombres y los animales a su sitio” es la plataforma que se ha constituido este martes 28 de febrero en Madrid, en la Plaza de Toros de Las Ventas. Tras ella, personalidades como el presidente de la Asociación Taurina Parlamentaria, Miguel Cid, los intelectuales Pedro López Arriba o François Zumbiel, ganaderos, veterinarios, cetreros, representantes de los circos, la caza y desde luego la tauromaquia. El objetivo es reivindicar el humanismo frente al animalismo y reclamar la libertad para la relación cultural y material con animales que no son mascotas, la mayoría de los que habitan este planeta. El movimiento surge, explican, porque “la preocupación legítima en nuestra sociedad por el bienestar animal esta siendo utilizada por una ideología de tinte totalitario, que modifica profundamente el concepto de relación entre los hombres y los animales, vigente en nuestra civilización”.

La tauromaquia, la caza, los zoológios, los circos, la cetrería, incluso la hípica, se sienten amenazadas ante una ola creciente de animalismo, que pugna por prohibir todo tipo de actividades con estos animales. Como explica la plataforma, “esta ideología animalista, utilizada a su vez por algunos movimiento políticos para sus fines particulares, pretende acabar con muchas de las tradiciones ancestrales cuya diversidad constituye una riqueza excepcional del patrimonio cultural inmaterial de España”. Estas prohibiciones puede producir, según esta plataforma recién creada, daños para la ecología y la economía del mundo rural”.

Como aseguró el jurista y filósofo Pedro López Arriba, “unos pretendidos amigos de los animales, no son amigos de los animales, son enemigos de la realidad y unos ingenieros sociales que quieren arrastrarnos a todos a su paraiso aunque sea a rastras”. En explicaciones de los juristas de la plataforma, “los animales no tienen derechos; eso no quiere decir que los hombre no tengamos obligaciones con los animales. Por eso en el código penal se castiga el maltrato hacia los animales, pero no es un derecho del animal, es un deber del hombre con el animal, como también tenemos deberes de cuidar el medio ambiente y no talar los árboles ni contaminar las aguas. Y no por eso el agua ni los árboles tienen derechos”.

Son varios los ayuntamientos surgidos en las elecciones de 2015 bajo las marcas blancas de Podemos que quieren prohibir todo espectáculo con animales, no solo los toros. Así, circos, zoos, incluso espectáculos o competiciones ecuestres se ven arrinconadas en estas ciudades. Un ejemplo son las cabalgatas de Reyes en Madrid, en las que se ha proscrito la aparición de animales, un reclamo tradicional para los niños. Solo las Fuerzas de Seguridad pudieron desfilar montadas a caballo en las Cabalgatas orquestadas por Carmena y su equipo.

Animal silvestre, animal mascota, parece la dicotomía que se presenta. Y, en cierto modo, también mundo urbano frente a mundo rural. Las ganaderías, la caza, son recursos que forman parte de la forma de vida y la riqueza de los entornos rurales. Esta plataforma viene a defender estas actividades, pero desde un punto de vista filosófico y del Derecho. No en vano, uno de los objetivos de la Plataforma es “velar por la garantía de nuestros derechos culturales y la protección de las tradiciones que merecen ser consideradas Patrimonio Cultural Inmaterial, tal como los definen las convenciones de la Unesco”.

El ganadero Pedro Domecq fue más allá y denunció que “creo que se resume al capitalismo mas ultrajante porque responden a los intereses de una serie de compañías multinacionales”. Es decir, el enorme pastel que supone el entorno económico de las mascotas. Frente a ello, hizo hincapié en los valores medioambientales del mundo del toro: “Es la tauromaquia la que defiende los animales, la dehesa española se mantiene en gran parte gracias a labor de los ganaderos, sin ganadería no habría dehesa. Los ecologistas son los que quieren la destrucción de la ecología. La tauromaquia permite la sostenibilidad del medio ambiente”.

En el fondo, como explicó Marcelino Moronta, presidente de la Asociación Nacional de Presidente de Plazas de Toros de España, es una cuestión de organización e implicación de los sectores afectados. Domecq lo dijo claramente: “Los ‘antis’ son minoritarios pero mucho mejor organizados y con una estructura económica que nos deberíamos apuntar, porque siendo tan pocos, cómo es que aparecen tantos”.

Frente al lobby animalista, una visión que lleva al animal más allá de la mera mascota. Toros, caballos, jabalíes, atunes, ciervos, águilas, toda la fauna que vive más allá del trato urbano y casi humano que se proporciona a los animales de compañía. Para ello, tiran ni más ni menos que de las convenciones de la Unesco de 2003 y 2005, así como del Tratado Europeo de 2010, que protegen, en la palabras de la Plataforma, “la libertad y esta diversidad cultural mientras estén conformes con los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”. Y todo ello dicho, ni más ni menos, que en el histórico coso de Las Ventas.

B. Jiménez/ F. de Castro

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