Estimados conductores: mírense al espejo y respóndanse a una pregunta, antes de apuntarse en la lista de espera de uno de esos coches autónomos que salen en la tele: ¿Serán capaces de controlar los sistemas láser, radar, cámaras o satélites de los coches autónomos, cuando actualmente al 65% de los coches no se les revisa la presión de los neumáticos?
La conducción autónoma es uno de los campos de desarrollo que más van a marcar la agenda tecnológica de los próximos años. El objetivo de este campo es llegar al nivel 5, el nivel definitivo de toda conducción autónoma, donde simplemente hará falta decirle a tu coche dónde quieres ir, si es que no lo sabe, y dejarle hacer todo el trabajo. Un nivel de autonomía que verdaderamente podría cambiar nuestra forma de entender el coche y el transporte tal y como lo conocemos hoy en día.
La conducción autónoma ya ha desplazado al móvil como centro de Mobil World Congress celebrado esta semana. Sin embargo, no todo será tan sencillo ni tan fácil como presumen las compañías fabricantes.
La opinión experta
La II Jornada de Tecnología y Seguridad Vial organizada en Madrid han analizado la cuestión. contando con opiniones tan importantes como la de Luis Montoro, catedrático en seguridad vial. El profesor ha alertado sobre los muchos problemas sin resolver que afectan a esta tecnología.
Actualmente, los coches autónomos más avanzados del mercado se encuentran en el nivel 2 (coches semiautónomos), aunque los prototipos ya están en el nivel 3, en los cuales como novedad se puede elegir cambiar de carril, adelantar o dejarse adelantar. Todo ello, en entornos simples como una autopista, nada de ciudades con peatones, bicicletas, rotondas o montones de señales.
Por este motivo, para Montoro “aún queda mucho por hacer para llegar al coche autónomo de nivel 5”, y aclara entre otros asuntos que “las tecnologías son muy complejas, caras, vulnerables y con un nivel de mantenimiento muy grande, por lo que habrá que plantearse si son viables y rentables”. Para ello, el catedrático de seguridad vial, hizo una profunda reflexión sobre esta nueva tecnología así como sus dimensiones legales y sociales.
El director general de tráfico Gregorio Serrano reconoció haber solicitado diversos informes para afrontar las reformas normativas necesarias.
Según el profesor, no se puede pensar en el avance del coche autónomo sólo en términos de tecnología, ya que su desarrollo también afecta de manera muy importante al entorno, a las personas, a la economía y a la sociedad, y afirma que “antes de llegar al nivel 5, queda mucho por hacer en lo tecnológico, pero sobre todo en lo legal, personal y social”.
Demasiado optimismo
La revista Technology Review ha reconocido “150 problemas graves que están por solucionar sobre el coche autónomo”, concluyendo que, actualmente, es imposible programar vehículos que predigan lo que van a hacer otros vehículos y peatones.
Los sistemas autónomos actuales todavía necesitan un tiempo de análisis y reacción ante algunas de las múltiples situaciones que se pueden encontrar, incluso a veces hasta 7 segundos para pensar y reaccionar, que en la conducción supone un tiempo clave. Además, también existen aún graves problemas para reconocer señales y marcas viales si estas no están perfectamente mantenidas, limitaciones graves en el reconocimiento de peatones o ciclistas y dificultad para presentar una conducción optima en la conducción nocturna, con nieve o niebla.
El profesor Montoro, investigador en la Universidad de Valencia, recordó la importancia del grado de conocimiento que los conductores deben tener sobre los sistemas de seguridad, añadiendo que uno de cada cuatro de los conductores desconoce más de la mitad de los elementos básicos de seguridad de su vehículo. Cuestión que evidentemente dificulta la conducción autónoma.
En suma más dudas que hechos en las promesas tecnológicas.
Cuestiones a aclarar antes de la tecnología
La II Jornada de Tecnología y Seguridad Vial ha planteado una serie de cuestiones que deben resolverse, en relación a los coches autónomos.
«¿Qué seguro van a tener?, ¿A qué edad se podrán usar?, ¿Quién tendrá la responsabilidad en caso de accidente?, ¿Quién decidirá en situaciones complicadas de riesgo?, ¿Qué formación tendremos que tener? ¿Van a desaparecer millones de conductores profesionales? ¿Habrá policías de tráfico y multas?»
Isabel Jaén Sánchez