La localidad sevillana de Pilas amanecía inmensa en un suceso poco usual en la zona: la Policía encontraba a las 8:30 de la mañana el cadáver de una mujer sin identificar. El cuerpo semidesnudo de la víctima fue hallado en un campo de olivos a las afueras del municipio y fue degollada, además de presentar varios indicios de violencia.
El cadáver ha sido encontrado cerca de un supermercado situado en el norte de la ciudad, en la salida hacia Carrión de los Céspedes y hacia la autopista A-49, un campo de olivos, los cuales predominan a lo ancho y largo de la zona.
A lo largo del día, los agentes han descubierto que el cuerpo hallado es el de Ana María Morales Moreno, una vecina de 50 años de la zona y propietaria de un bar de la localidad sevillana, cercano al lugar donde fue encontrado el cadáver.
Desde que se anunciara el suceso, los rumores se han ido propagando por todo el municipio de Pilas y los vecinos barajaron la idea de que el crimen podría haber sido cometido por extranjeros. Sin embargo, a lo largo de la tarde, las autoridades han negado tal indicio y han pedido a los vecinos calma y que dejen trabajar a la Policía para esclarecer el caso.
En el mismo lugar del crimen, la Guardia Civil encontró a un hombre herido que, posteriormente, ha sido trasladado al hospital de Sevilla. El joven de 34 años fue herido, supuestamente, por el asesino de Ana María después de haber presenciado cómo los presuntos agresores arrojaban el cuerpo de la mujer, ya sin vida, al camino antes de huir de la zona de olivos.Antes de que el testigo fuera trasladado al hospital, éste explicó a la Policía haber reconocido a dos hombres en el interior de una furgoneta blanca.
Sin embargo, la confesión del hombre, cuyas iniciales son E. R. R., no convenció a los agentes ya que poco después de éstos le tomasen declaración, el hombre era detenudo por la Guardia Civil. Pasaba así a convertirse en el principal sospechoso del crimen.
Según fuentes de la investigación, todo parece indicar que se produjo un forcejeo entre Ana María y su agresor. Ésta, tras intentar defenderse, le golpearía en la cabeza, lo que explicaría la herida que presentaba el antes testigo y ahora principal sospechoso. Actualmente se encuentra custodiado a la espera de pasar a disposición judicial y no ha trascendido ni el móvil ni el arma que se usó para cometer el crimen.
El Juzgado de guardia de Sanlúcar la Mayor de Sevilla ha decretado el secreto judicial del caso.
Andrea Morea