Artur Mas está de gira por Madrid para insistir en su propuesta independentista y exhibir su autocomplaciente victimismo tras ser condenado a dos años de inhabilitación por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El ex ‘president’ ha vuelto a erigirse en una suerte de mártir político del ‘procés’, al asegurar que es “un condenado injustamente por desobediencia” y ha dicho que “las condenas ayudan más al proceso independentista que al unionista”, una terminología con la que se refiere a las dos partes que, según él, se enfrentarían en las urnas en Cataluña.
“No se entiende la judicialización de la política”, ha insistido con una sonrisa altiva en un desayuno organizado por Vanity Fair, el segundo acto en el que participa en apenas 24 horas. Pero, además, ha usado el victimismo no sólo con las instituciones constitucionales, sino que los gobiernos que han gobernado España han sido objeto de una crítica por la falta de correspondencia por el buen trato que, a su parecer, se les ha dado desde Cataluña. “Hemos dado signos inequívocos de que estábamos dispuestos durante casi 40 años a ayudar a todos los gobiernos españoles. Nos hemos involucrado en las grandes decisiones del Estado español, incluso en aquellas en las que el Gobierno se quedaba solo”, ha insistido.
Con su sonrisa mezcla de satisfacción y seguridad, ha exculpado los procesos judiciales de Convergència que, asegura, no ha incurrido en delitos. “Una cosa son donaciones y otra, alterar concursos públicos”, ha indicado y ha acusado a la Fiscalía de no investigar los contratos por que saben que “están bien y no hubo trato de favor”. “Hay que analizar contrato por contrato para saber si lo hubo”, ha insistido en el desayuno celebrado en el Hotel Orfila de la capital, muy próximo a la sede del PP en Génova.
“Propuesta alternativa”
El político catalán ahora inhabilitado ha insistido en la necesidad de que “alcanzar un acuerdo con el Estado”, no con los Gobiernos. “¿Qué garantía nos daría un pacto con otro gobierno? Podría durar muy poco. Si se quiere un pacto de verdad, ha de ser con el Estado, si no no es un pacto realista”, ha asegurado el ex líder catalán, a la vez que recordaba cómo su pacto con José Luis Rodriguez Zapatero con el Estatut “quedó en agua de borrajas” después de que el PP acudiera al Constitucional, que declaró muchas de sus partes no acordes a la Carta Magna.
Mas ha dejado claro que, pese a las piedras en el camino que está encontrando el ‘procès’, se atienen dos opciones. “O parar o avanzar. Y nosotros lo tenemos muy claro, avanzaremos”, ha asegurado. Por eso, ha pedido con insistencia una “propuesta alternativa”. “Se habla mucho de terceras vías, pero yo no he visto nada. Si la hubiera, pediría que se vote. Serían dos propuestas en positivo”, ha solicitado. Pero no se ve que tenga muchas esperanzas en que así sea. “El único que propuso algo diferente fue Pedro Sánchez”, ha dicho Mas, “y se lo cargaron los socialistas”.
Amenaza con volver a desobedecer al Constitucional
Mas ha insistido por activa y por pasiva en que la consulta se celebrará y en los plazos establecidos por el Govern, aunque suponga desafiar a otra eventual prohibición del Constitucional. “Si nos encontramos con un bloqueo total, solamente tenemos dos alternativas: o paramos o paramos”, insistía Mas. “Y avanzar supone convocar el referéndum con las máximas garantías para que el resultado sea reconocible y reconocido. Y eso no lo sabremos hasta que se convoque el referéndum”, ha sentenciado.
El ex ‘president’ ha querido dar un balón de oxígeno a la posibilidad de que salga “no” en la eventual consulta. “Hay que aceptar los resultados. Se es no, se asume y hay que buscar una salida diferente”, ha dicho pero no se da por vencido. “No es un resultado inmutable”, ha asegurado mientras recordaba la repetición del plebiscito en Québec para tener mayor autonomía de Canadá o Escocia.
Mas ha utilizado la vía escocesa para justificar que la consulta se celebre solo en Cataluña, y no en el resto de España como piden algunos sectores. “Tienen que votar los catalanes, igual que no votan los británicos, solo los escoceses”, ha sentenciado. Eso sí, concede que en la negociación sobre lo que pasará después sí participen las instituciones españolas, “una secuencia lógica para un proceso de estas características”.
Paula Pérez Cava