martes, noviembre 26, 2024
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La verdadera historia de la detención del ‘carnicero de Mondragón’

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Josu Zabarte, más conocido como el 'carnicero de Mondragón', es uno de los asesinos más sangrientos de ETA que ha vuelto a saltar a la palestra mediática tras el acto de desarme de la banda terrorista, en Bayona. Allí, el reputado etarra presumió de no arrepentirse de ninguna de sus 17 asesinatos: «No, no me arrepiento de nada. No he matado a nadie». Pero esta no es la primera vez que Zabarte realiza una declaración polémica. De hecho, ya fue noticia cuando afirmó que él no había matado a nadie, sino que «ejecutado». A raíz de esta actitud fanfarrona, algunos miembros del GAR (Grupo Acción Rápida) de la Guardia Civil han narrado la actitud cobarde que mostró el 'carnicero' en el momento de su detención, según el testimonio de algunos veteranos de este grupo que estuvieron presentes en el momento del arresto. 

El relato de una de las personas que participó en la operación sitúa la escena de los hechos en Hernani, perteneciente a la Comarca de San Sebastián: «Al principio de todo el tinglado estaban allí el entonces Comandante Galindo. Su conductor, también presente, entró en el piso recibiendo un tiro en el vientre y se metió en la primera habitación a la izquierda desangrándose. Tuvo que anudar unas sábanas y descolgarse por una ventana para ser atendido por los sanitarios», afirma el testigo. Pero la historia sólo acaba de comenzar. «En tanto, el GAR ya estaba enfrascado a tiros. La munición se acababa y había que ayudar a los compañeros tirando cargadores a rastras por el pasillo. Al final se decidió terminar con los dos de ETA que tiraban a la libanesa, uno con un Kalashnikov y el otro con un subfusil MAT-53, de fabricación francesa», prosigue con sus testimonio este veterano de los GAR.

«Con un lanzagranadas 'Instalaza', un Teniente de los nuestros, les metió por la ventana dos granadas y acabó con los dos. Hubo una explosión a consecuencia de algunos explosivos que tenían ellos y ardieron como la yesca. Recuerdo que al acceder a ellos, tenían las armas, pegadas a los brazos». Así es como narra la manera que acabaron con los dos etarras, tras más de dos horas de intenso tiroteo, pero todavía quedaba un miembro de ETA sin localizar, el 'carnicero'. 

«Bien, pues el tercero en discordia, era el súper macho éste llamado Josu Zabarte Arregui (el carnicero de Mondragón). ¿Sabéis donde estuvo durante todo el tiroteo?», pregunta el testigo de los hechos para después afirmar que Zabarte se encontraba escondido en la habitación donde intentó refugiarse el conductor del comandante Galindo. 

«Al principio he contado que el conductor del Comandante Galindo, se desangraba en la primera habitación, según se entraba por la puerta a la izquierda. Pues el etarra Zabarte, lo estaba observando todo, porque en esa habitación había un zulo donde él se escondía tras un espejo chino. Allí escondido, ese cerdo etarra, tuvo la oportunidad de rematarlo pero, no lo hizo. No lo hizo porque sabia que después iba él… Cuando tras el tiroteo se produjo el registro del inmueble, allí se le encontró, tras el espejo y en el zulo 'cagao' de miedo. Sí, sí 'cagao' físicamente y con la pistola en la mano, que del 'acojono' que tenía no la tenía ni montada», espeta este veterano de los GAR.

Pero esta actitud cobarde del 'carnicero' no acaba en el momento de la detención, según la narración de este antiguo miembro del Instituto Armado: «Cantó en los interrogatorios hasta la traviata sin tocarle ni un pelo y la madre que también fue detenida, le decía: 'Hijo de puta, que has vendido a los tuyos…». «Ahora dice que es un gudari….Eres un «cagari», sentencia este testigo de la verdadera historia de la detención del 'carnicero' de Mondragón. 

Carlos Lospitao

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