sábado, septiembre 21, 2024
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Aguirre salva a Rajoy, pero no a Génova

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En plena conmoción por las noticias de corrupción en su partido y la detención de quien era su hombre de confianza, Ignacio González, Esperanza Aguirre ha querido dejar su impronta en el juicio por el ‘Caso Gürtel 1”. Aguirre se ha despachado sobre el punto inicial del destape de esta trama, según ella, la venta de unas parcelas del Ayuntamiento de Majadahonda (Madrid). Aguirre ha salvado a Rajoy en su declaración, pero no tanto al PP, al que ha dejado en entredicho. Rajoy tendrá que comparecer en calidad de testigo en este mismo juicio.

La expresidenta del PP de Madrid llegaba a la sala en condiciones anímicas atípicas, golpeada por la detención de Ignacio González, y con fuertes rumores sobre su dimisión. No obstante, no le ha temblado la voz a la hora de situar a Rajoy en la reunión en la que, según ella, se destapó ‘Gürtel’, mientras que ha relacionado a todos los colaboradores encausados como miembros “del PP nacional”.

Ha sido especialmente llamativa la distancia que ha marcado con Alberto López Viejo, del que ha asegurado que “apenas lo conocía”, al que ha situado como persona del “PP nacional”. Lo mismo ha sucedido con otro miembro cercano de su equipo, Alfredo Bosch, del que ha dicho que coincidió con él en un acto del PP en Galicia. Al preguntarle qué hacía allí, Aguirre ha asegurado que éste le contestó que trabajaba “para el PP nacional”.

Buena parte de las preguntas de las defensas han girado en torno a los sucesos que tuvieron lugar en Majadahonda en 2004, que son una suerte de “pecado original” del PP en el ‘Caso Gürtel’. En aquellas fechas, 12 concejales se sublevaron contra el alcalde, Guillermo Ortega, protestando contra la venta de unas parcelas municipales a precio tasado. Aguirre intervino, según su testimonio, “y las parcelas se vendieron un año después por 60 millones más”. La hoy líder del PP en el Ayuntamiento situó en la reunión en la que se alertó de esa venta que le parecía poco ventajosa “para los ciudadanos” a Mariano Rajoy y al tesorero del PP entonces, Álvaro Lapuerta. Sin embargo, Aguirre ha obviado la intervención en este mismo asunto de quien entonces era su secretario general, Francisco Granados, hoy en prisión por la ‘Operación Púnica’. Tras la venta de los terrenos planificada por el Ayuntamiento estaba Francisco Correa, según las investigaciones.

Aquellos tumultuosos días los concejales díscolos forzaron la dimisión del alcalde Ortega, que fue sustituido por un amigo personal de Esperanza Aguirre, Narciso de Foxá, que aún sigue en el cargo, 13 años después. En las tensas reuniones que mantuvieron esos días el grupo municipal del PP en Majadahonda, Foxá decía hablar en nombre de Francisco Granados. De hecho, los concejales díscolos se salieron con la suya, y los terrenos se vendieron a otro grupo diferente. Ortega dimitió y dos concejales montaron un grupo independiente. Ambos está hoy encausados en Gürtel.

Aguirre ha subrayado no obstante que toda la operación proyectada por Ortega era legal, y que por eso consideró conveniente “por su experiencia”, nombrarlo para el puesto de presidente del Mercado Puerta de Toledo. Legal, pero según ella “no beneficiosa para los ciudadanos”.

En ese mismo terreno sinuoso ha planteado Aguirre sus relaciones con Alberto López Viejo, uno de los principales encausados en este juicio. López Viejo fue viceconsejero de Presidencia y desde 2007 consejero de Deportes en los Gobiernos de Esperanza Aguirre, hasta su dimisión al estar envuelto en la trama de 'Gürtel'. Sin embargo, la expresidenta ha dicho tranquilamente que su nombramiento fue fruto de una decisión del Consejo de Gobierno. En los pasillos un encausado bromeaba asegurando que López Viejo había llegado a sus cargos “nombrado por el Espíritu Santo”.

Aguirre ha dicho ante los jueces que apenas conocía a López Viejo, porque coincidieron poco tiempo en el Grupo Municipal de Madrid antes de que ella fuera nombrada ministra de Educación y Cultura por José María Aznar en 1996. Fuentes del Partido Popular aseguran que el trato en aquellos años entre Alberto López Viejo y Esperanza Aguirre era sumamente cercano. Sin embargo, ahora la expresidenta justifica la entrada de López Viejo en su equipo por su ascendencia en el PP nacional.

Génova, un ente difuso del que se libra a Rajoy y al ex tesorero Álvaro Lapuerta, se lleva las culpas de 'Gürtel'.

F. de Castro

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