sábado, septiembre 21, 2024
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La ‘Operación Lezo’ ya le está costando dinero a La Razón

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La acusación del juez Eloy Velasco contra Mauricio Casals y Francisco Marhuenda por presuntas coacciones contra la presidenta de Madrid, Cristina Cifuentes, está pasando ya factura al diario La Razón, del que son máximos responsables. Su procesamiento está siendo casi más ruidoso que la detención por hechos más graves del consejero delegado, Edmundo Rodríguez Sobrino. Y lo hace de la manera que más duele a un medio de comunicación. Dos patrocinadores de unos premios próximos a entregar por el diario, y varios anunciantes han desertado ya de La Razón. No quieren que sus marcas se liguen a este escándalo.

Marhuenda y Casals están siendo investigados –lo que antes era imputados– por preparar presuntamente una campaña de desprestigio contra Cristina Cifuentes con la que extorsionarla para que no llevara a la fiscalía los documentos del Canal de Isabel II en los que se basa la 'Operación Lezo'. Aunque ambos han tratado de quitar hierro a sus actuaciones, las grabaciones filtradas del sumario son sumamente comprometedoras. Esto ha creado un ambiente más que enrarecido en el diario del Grupo Planeta.

La Razón convive en el mismo grupo empresarial en que está Atresmedia, es decir, Antena 3, Onda Cero y La Sexta. Un complejo sistema editorial en el que conviven posiciones muy conservadoras como las del diario, con otras cercanas a Podemos, como las de La Sexta. Todo ello formaba parte de un juego táctico político y mediático que ahora se ha venido abajo. La implicación de los dos directivos pone en apuros a todo el Grupo Planeta, que está gestionando con muchos problemas esta información.

Marhuenda, mirado con recelo por parte de la redacción, está explicando a sus periodistas que todo este embrollo de la llamada Operación Lezo se debe a que «ese juez nos tiene manía», pero con poco éxito. No son pocos los miembros de la redacción que opinan que la mejor solución para el diario es que Marhuenda abandone su cargo, para no contaminar al resto del periódico. De hecho, el propio Marhuenda no deja de transmitir a sus más cercanos su preocupación. Por otro lado, el vínculo político de Marhuenda y su editor pasa a convertirse en un peso que algunos en La Moncloa desearían ver desaparecer. 

Ni en términos políticos ni económicos la situación de los afectados en el entorno de Planeta es sencilla. Muñidores de acciones políticas en Madrid, vinculados a la política desde siempre, forman parte de un peso que en en los otros medios del grupo difícilmente pueden gestionar sin dificultad.

Estrella Digital

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