La odisea, por el momento, ha concluido para Jimena, la joven española desaparecida en Turquía. Este fin de semana lo ha pasado juntos a los suyos, y ha podido recuperarse un poco del “cansancio físico y psicológico” que acusaron tras catorce agitados días, como han mostrado a través de las redes sociales. En la mañana de este jueves han querido transmitir sus primeras sensaciones en una rueda de prensa concedida en el ayuntamiento de Torrox (Málaga), junto al alcalde del pueblo.
“Gracias a todos los medios de comunicación por haceros eco. A la Guardia Civil, a la embajada española en Turquía… Quiero destacar la valentía que han tenido los dos y sus más allegados”, ha mencionado el alcalde para abrir un acto que ha carecido de algunos detalles, después de que el abogado le haya obligado a Jimena a mantener el silencio sobre diversos asuntos.
Sí ha podido comentar las artimañas turcas para tratar de aislar a la joven en la prisión de Turquía. “Me dijeron que la Embajada había rechazado verme, y me intentaron hacer firmar un papel en turco que no entendía, en el que yo rechazaba a la Embajada”, ha confesado. Una clara mentira, ya que la Embajada intentó por todos los medios reunirse con ella. El momento más crítico, tanto para ella como para Shaza, se produjo cuando tuvieron que decirse adiós, sin saber si sería para siempre: “Cuando nos separaron en prisión fue el peor momento de mi vida”.
Shaza, que puede residir en territorio español gracias a un servicio, tiene intención de vivir con Jimena en España. De momento, la prioridad de ambas es unirse en matrimonio en Torrox, el pueblo de la joven española. Una idea que tenían pensada llevar a cabo en Londres antes de todo el embrollo. Ahí tenía Jimena un trabajo que ha perdido. “Buscaré otro. Toca empezar de cero”, ha asegurado.
La joven, a la que en primeros instantes se le ha visto muy afectada, ha dicho que la historia da para más de noventa minutos de relato, que renuncia a confesar después de mantener otra charla con su abogado. “Fueron miedos diferentes”. También se ha mostrado muy agradecida a los medios de comunicación: “Si no hubiera sido por ustedes, por la presión de los medios, no estaríamos aquí sentadas.
La madre, por último, también quiso expresar los sentimientos que atravesó en días duros: “Ahora entiendo lo que se siente. Es horrible. No se lo deseo a nadie. Llegué a temer por la vida de mi hija”. De momento, Jimena y Shaza están tranquilas en España. Tras la boda, las aguarda una nueva vida.
Alberto Puente