La organización ecologista ha reaccionado así tras conocerse el informe encargado por Enagás, líder internacional en infraestructuras de gas natural, al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que concluye que la inyección de gas en el almacén de gas subterráneo Castor, situado a unos 20 kilómetros de las costas de Vinaròs (Castellón), fue la causa de los seísmos registrados en el municipio en septiembre de 2013.
Según estimaciones de Greenpeace, el coste del almacén submarino de gas, situado frente a las costas de Vinaròs, al norte de Castellón, es uno de los ejemplos más claros de «despilfarro de dinero público que se han vivido en España, consecuencia de un modelo energético basado en energías sucias». Ante esta situación, la organización ha reclamado protocolos para evitar «despropósitos» como este con un «alto riesgo medioambiental y económico».
La organización afirma que la empresa constructora del proyecto, ACS, recibió una cantidad de 1.350 millones de euros de dinero público, después de que fuera necesario clausurar el proyecto por provocar más de 400 seísmos. Esta cantidad, sumada a los intereses a pagar por el Estado, supondrá un gasto de cerca de 4.400 millones de euros, una suma con la que Greenpeace ha calculado que se podrían construir 40 hospitales de tamaño medio o conceder 11 millones de becas de comedor escolar.
Además, la organización ecologista recuerda que el coste final del proyecto Castor se triplicó «sin una explicación aceptable por parte de ACS».
Las mismas fuentes han sostenido que todo el proceso ha hecho que en abril de 2015 el Parlamento Europeo censurara la indemnización, solicitando al Defensor del Pueblo Europeo una investigación sobre si el Gobierno español incurrió en una ayuda estatal prohibida al autorizar el pago.
Para Greenpeace es necesario desmantelar la plataforma tan pronto como las condiciones lo permitan y «evitar en el futuro que vuelvan a ponerse en marcha proyectos como este que acarrean riesgos para el medio ambiente y la salud de las personas, y que suponen un gran desembolso para las arcas públicas».
El almacén Castor
Situado a unos 20 kilómetros de la costa de Vinaròs (Castellón), el Castor es un proyecto que formaba parte de la red de depósitos estratégicos artificiales de gas natural, creado para suplir la demanda energética española de esta fuente de energía fósil en caso de escasez o cese de las importaciones.
Sin embargo, el proyecto entró en hibernación preventiva en 2013, hace cuatro años, tras los terremotos que se produjeron en la zona durante los trabajos previos para que el almacén submarino pudiera empezar a recibir combustible. Por el momento, el proyecto se encuentra paralizado por el Gobierno, que a decidido que no será desmantelado debido al alto riesgo medioambiental que supone la extracción de gas.
Isabel Jaén Sánchez