Manuela Chavero, de 42 años, salió la noche del 4 de julio con una amiga a tomar algo y volvió a su casa, ubicada en Monesterio (Badajoz), esa misma noche. Desde entonces nadie ha vuelto a saber nada de ella. Las luces de la casa y la televisión estaban encendidas, no había nada descolocado, los pantalones que se había puesto ese día se encontraban encima de la cama así como su cartera y el teléfono móvil, con una última conexión a la 1:55 de la madrugada del 5 de julio.
Su desaparición fue eclipsada por la de Diana Quer desde el primer día y, desde entonces, su familia siempre reivindicó el mismo trato hacia su hija aunque el misterio de qué le pasó a Manuela esa noche de verano continúa siendo todavía una incógnita.
Una amiga de la desaparecida aseguró a la policía que la tarde anterior a su desaparición, Manuela estaba bien como siempre, “contenta e ilusionada” y que en ningún momento notó nada raro. Sus hijos, de 14 y 6 años, dormían esa noche en casa de su exmarido por lo que Chavero estaba sola en el momento en el que desapareció.
La Guardia Civil investigó a casi un tercio de la población de Monesterio y siempre han partido de que su desaparición está vinculada con alguien de su entorno. Interrogatorios, tres búsquedas y varias batidas vecinales no fueron suficientes para encontrar a la mujer de 42 años, lo que acabó menguando el ánimo de todos aquellos que conocían a Manuela.
En el mes de febrero, parecía que las investigaciones volvían a dar sus frutos con la aparición de nuevas líneas que seguir: un coche analizado, un testigo y un sospechoso oficial. Éste último sería un joven de 22 años que mantuvo encuentros esporádicos con la desaparecida. Sin embargo, a pesar de que un testigo situase a un “hombre con una camiseta naranja” -la misma que llevaba el sospechoso el 4 de julio- saliendo de la vivienda de Manuela a altas horas de la noche, no ha sido suficiente para proceder a su detención pues tanto su familia como sus amigos confirman su coartada: estuvo de fiesta con éstos y luego se fue a su casa a dormir.
Aun así, el hecho de que este joven no haya podido ser detenido, no ha evitado que la Guardia Civil continúe investigándole. Así pues, en los últimos meses los agentes han estado analizando el interior de tres vehículo que podrían estar relacionados con la desaparición de Manuela y que pertenecen a un familiar del principal sospechoso. Sin embargo, debido al secreto de sumario, no se han revelado los datos obtenidos de dichos análisis.
A partir de este momento, las informaciones sobre el caso comenzaron a ser escasas. Como consecuencia de esto, la hermana de Manuela, Emilia Chavero, confirmó el día que se cumplieron nueve meses desde su desaparición, que “la esperanza se iba perdiendo. Es inevitable”.
Sin embargo, parece que en el mes de mayo la investigación ha dado un vuelco ya que, a comienzos de esta última semana, la familia de la desaparecida confirmaba que las autoridades están realizando de nuevo búsquedas -con esta ya sería la cuarta. Además, también anunciaron que los agentes están volviendo a interrogar al entorno y que, en total, los investigadores tienen puesto el foco de atención en otras cuatro personas: el exmarido de Manuela con el que tuvo dos hijos, un exnovio, una amiga y el sospechoso oficial de 20 años.
Además, también en esta semana se ha producido un hecho que, de confirmarse, podría cambiar toda la investigación ya que el pasado domingo unos senderistas encontraron varios restos óseos en una zona situada a tan solo 10 kilómetros de la vivienda de Manuela Chavero. “Nos llamaron (la Guardia Civil) pero no nos dijeron nada más. Ni tan siquiera la zona concreta donde los encontraron”, ha asegurado el cuñado de Manuela, José Moreno, en varias ocasiones a lo largo de esta semana.
La familia está a la espera de que los investigadores confirmen la procedencia de dichos huesos aunque Emilia Chavero confirma que “la mayoría de ellos son de procedencia animal”. Sin embargo, los más pequeños y más dañados -muchos de ellos aparecen quemados- son de procedencia desconocida por lo que no todo está asegurado. Los huesos fueron trasladados a Madrid donde están siendo analizados. Por su parte, la delegada del Gobierno en Extremadura, Cristina Herrera, ha declarado que “en teoría” se descartan que se trate de restos humanos pero “no puede asegurar nada más hasta que el descarte sea total”.
Así pues, la familia continúa a la espera de que tanta investigación finalmente dé sus frutos. Diez meses han pasado desde que esta mujer de 42 años desaparecía de la localidad pacense sin dejar rastro algo, diez meses de investigación y de incesantes diligencias y diez meses de dolor en una familia que solo quiere saber dónde se encuentra Manuela Chavero.
Andrea Morea