«El Honor es la principal divisa del Guardia Civil. Debe, por consiguiente, conservarse sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás». Este el lema de la Guardia Civil que cada uno de sus agentes salvaguarda cada día que se enfunda su uniforme. Tal vez sea por este honor por el cual los agentes del Instituto Armado destinados en la Línea de la Concepción se levantan cada mañana a pesar de haberse convertido en el blanco de las iras de los narcotraficantes. «O empezamos a tomarnos enserio este tema o simplemente, habrá zonas donde los agentes serán un mero elemento de decoración en el paisaje, pues no van a tener ni las ganas ni los medios necesarios para llevar a cabo su misión con la garantía necesaria para saberse protegidos», afirma Ángel Ramírez, portavoz de ASESGC.
Durante los últimos meses, el cerco al narcotráfico se ha estrechado en la localidad gaditana y esto no ha gustado a los delincuentes que se dedican al contrabando de sustancias ilegales. Por este motivo, no han dejado de sucederse los ataques a los guardias civiles de la Línea de la Concepción. El último incidente tuvo lugar la pasada madrugada del jueves 11 de mayo, cuando un guardia civil fue atacado por dos supuestos miembros de un banda de narcotraficantes.
La agresión sucedió sobre a las 5:45 horas de la madrugada cuando el agente iba en su coche particular al puesto de la Guardia Civil de La Línea, en el que trabaja desde hace una década. Unos supuestos narcotraficantes, que se encontraban alijando droga, lo han reconocido y han comenzado a perseguirle con un Audi A3. Tras alcanzarlo, han cruzado su vehículo en la carretera y le han obligado a parar su coche.Acto y seguido, le han propinado una paliza mientras lo llamaban “chivato”, nombre que utilizan los narcos para llamar a los guardias civiles. El agente fue atendido en el hospital de los golpes sufridos sobre todo en la cara, por los que ha precisado cinco puntos en los labios. El guardia civil agredido, lleva once años destinado en el Puesto de la Línea y ha podido identificar ante los compañeros del CNP a los agresores.
Agentes 'fichados' por los narcos
Las reacciones a esta agresión han sido multitudinarias y el agente ha recibido el apoyo de toda la institución. «Tras la agresión sufrida hacia un guardia civil por parte de dos personas, presuntamente integrantes de una banda de narcotraficantes, desde esta Asociación de Suboficiales de la Guardia Civil ASESGC ponemos de manifiesto nuestro más absoluto rechazo hacia estos hechos y nuestra muestra de solidaridad y afecto para con nuestro compañero y su familia. Este tipo de hechos, que se vienen produciendo con relativa frecuencia no ya en la Línea de la Concepción, sino en toda España, es un motivo más para que por parte del Gobierno se ponga encima de la mesa el debate de si los miembros de las Fuerzas de Seguridad están bien protegidos jurídico y penalmente hablando», afirma Ramírez.
En esta línea también se han expresado otras asociaciones del Instituto Armado como la AEGC y la AUGC que ya ha anunciado que se personaran como acusación personal en este caso ante la gravedad de los hechos. “Los narcos tienen marcados a nuestros compañeros y saben que actúan con total impunidad”, afirman desde la AEGC, que explica su temor a que las familias de los agentes corran también riesgos: «Si nos tienen identificados, si reconocen nuestros coches particulares… eso quiere decir que cualquier día pueden amenazar a nuestros propias familias».
Por su parte, desde la AUGC recuerda que el auge del narcotráfico en la zona del Campo de Gibraltar “ha convertido el trabajo en la provincia en una situación de alto riesgo ante la que urge adoptar medidas”. “Resulta incomprensible que la Dirección General no haya actuado ya en este sentido, permitiendo que la falta de medios humanos y materiales propicie el envalentonamiento de los delincuentes, que cada vez campan más a sus anchas ante esta situación”, añaden.
Siete contra cien
Las airadas protestas de las asociaciones de guardias civiles no se producen sólo por esta última agresión, sino que tienen lugar después de que hayan producido numerosos incidentes en torno a este problema. Uno de los más graves ocurrió en el mes de abril de este mismo. Siete agentes del instituto armado tuvieron que hacer frente a la ira de cien personas que impidieron a pedradas la intercepción de un alijo de hachís. Al parecer, los narcotraficantes estaban descargando fardos de hachis de una lancha rápida que acababa de llegar a la zona del Tonelero, donde es habitual que las embarcaciones dejen droga. Cuando acudieron los guardias a interceptar el alijo, la muchedumbre comenzó a insultarles y a amenazarles. Estos pidieron refuerzos y acudieron dos 'zetas' de la Policía Nacional, pero al final acabaron todos atacados.
De todos modos, hace tan sólo una semana, el supuesto cabecilla de esta multitudinaria agresión fue detenido por la Policía Nacional. El arrestado, natural de La Línea, arengó al resto de participantes en la agresión para que lanzaran piedras contra los agentes, por lo que se le imputan los delitos de atentado a la autoridad y desórdenes públicos. El juez imputó su ingreso en prisión preventiva sin fianza.
En este sentido, en lo relacionado con las penas y su severidad también se muestran muy enfadados en algunas asociaciones de guardias civiles. «Creemos que, aquellos delincuentes que agreden a los agentes del orden, saben perfectamente que, de ser detenidos, las condenas serán muy livianas y la inmensa mayoría de ellas no conllevarán ingreso en prisión, lo que genera desconfianza y desamparo en aquellos agentes que sufren las agresiones, que en algunos casos provoca hasta el traslado hacia otro destino por sufrir estos hechos», afirma Ramírez.
Carlos Lospitao