sábado, septiembre 21, 2024
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Nuevas incertidumbres en el crimen de Almonte cuatro años después

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Abril de 2013. El cuerpo de Miguel Ángel Domínguez aparecía sin vida en su vivienda junto al de su hija María de 8 años de edad. Los forenses contaron 47 heridas producidas por una herida de arma blanca en el cuerpo del padre mientras que las 104, distribuidas todas ellas por el cuerpo de la pequeña conmocionaron a los agentes y al municipio de Almonte (Huelva), lugar en el que se produjeron los hechos. La sangre inundaba el pasillo principal de la casa. Pasado un año, la Guardia Civil detuvo a la pareja de la madre como presunto asesino. Sin embargo, en estas últimas semanas, el acusado del crimen que lleva ingresado en prisión ya tres años, podría resultar inocente.

Francisco Javier Medina Rodríguez, pareja de la madre de la niña, fue detenido un año después como presunto autor del crimen. Las pruebas, basadas sobre todo en la geolocalización y en el ADN encontrado en unas toallas de la casa, apuntaron a la culpabilidad de Fran, nombre por el que le conocen sus amigos y familiares. A pesar de todo, estas pruebas podrían no ser tan consistentes como se pensaba en un primer momento.

El crimen se perpetró entorno a las 22.00 de la noche, momento en el que la vecina escuchó los forcejeos y los gritos de la niña. Aun así, los agentes establecen que la agresión se produjo entre las 21.50 y las 22.10 de la noche del 27 de abril, Sin embargo, precisamente a las 22.00, Medina fue visto en su puesto de trabajo y a las 22.14 un testigo Guardia Civil le vio salir de su coche de camino a su domicilio.

Según los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), entre la ida y la vuelta al trabajo -cuatro minutos separaban la casa del supermercado en el que trabajaba el sospechoso-, Medina solo contaría con cinco minutos para cometer este crimen. Además, las cámaras que hay instaladas en el parking del supermercado nunca ven salir del lugar el coche del sospechoso. De hecho, la abogada del detenido ha declarado en más de una ocasión que el proceso «está cogido con pinzas».

Aun así, el asesino volvió a la escena del crimen

Sin embargo, esta teoría de las horas no termina de convencer ni a los agentes que llevan el caso ni a la juez ya que, tras varias comprobaciones, los forenses corroboraron que el autor del crimen volvió a la casa donde se encontraban Miguel Ángel y María, probablemente, al día siguiente. Los equipos especialistas de la Guardia Civil que se presentaron en la vivienda encontraron la cama hecha y, tras realizar los análisis pertinentes, concluyeron que era imposible que la colcha estuviera bien estirada según los rastros de sangre que hay sobre ella. Según muestra el informe de la UCO, «la colcha cayó sobre el suelo cuando éste (la víctima) se hallaba con sangre líquida» y, una vez coagulada la sangre, pasadas unas horas, la manta fue estirada otra vez encima de la cama, esta vez con la sangre ya coagulada. De esta manera los agentes concluyen que el asesino volvió otra vez a la vivienda abriendo así un gran abanico de tiempo.

En lo que los agentes sí coinciden, tal y como han confesado fuentes de la investigación a este diario, es que las víctimas conocían a la persona que acabaría con su vida ya el cuerpo de la pequeña María estaba cubierto con una sábana, reflejo de un «sentimiento de culpabilidad». Por otro lado, la niña en ningún momento intentó huir aunque sí refugiarse puesto que al lado de su cadáver apareció un cuchillo que esta cogió en la cocina y que se llevó a su habitación mientras el agresor hería a su padre.

Además de los testimonios, las horas y los rastros de sangre, los agentes de la investigación se apoyan en el ADN encontrado en una de las toallas manchadas de sangre que se encontraron en el baño que corresponde a Medina y con las que supuestamente limpió los cuchillos. Aun así, la abogada del detenido ha explicado que consideran normal que su rastro esté en estas toallas ya que su cliente pasó varias veces en la casa para cuidar a María, hija de su pareja o incluso deberse a una transferencia indirecta a través de la madre o la pequeña. De hecho, piden que se tenga en cuenta el ADN que no han podido identificar y que se encontró en el resto de las toallas.

Juzgado por asesinato

Tanto la Fiscalía como las dos acusaciones particulares, la de la madre de María y mujer de Miguel Ángel y la de los padres de este, solicitaron en su momento 50 años de cárcel por los dos delitos de asesinato. Por su parte, el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva juzgará a Francisco Javier por los dos delitos de asesinato con agravante de abuso de superioridad y confianza. Por ahora, el acusado se encuentra a espera de que se celebre el juicio que cuya celebración se lleva alargando más de un año.

Andrea Morea

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