El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dicho que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, no se merece el «honor» de ser presidente ni España ese «castigo» y «jamás debe gobernar» porque le inhabilita su actitud, no es fiable, «no aprueba ni de lejos», esconde sus intenciones y sería «letal» para la convivencia.
«No parece que pueda gobernar bien quien ni se plantea gobernar para todos. Está muy bien donde está», ha resaltado Rajoy en su respuesta a Iglesias en el debate en el Congreso de la moción de censura presentada por Podemos y en la que le ha acusado de convertir la política en «un concurso de gestos»
El jefe del Ejecutivo ha ido desgranando los motivos por los que cree que Iglesias no puede ser presidente y ha puesto como ejemplo el «sucedáneo de programa de gobierno» presentado hoy, así como «lo que ha dicho y hecho hasta el día de hoy».
También por su «devoción» por la política como un mero espectáculo, por su «insolencia deliberada» y por su «barniz de impertinencia».
Ha precisado que esa actitud es la que le pide «la liturgia redentora, ese manto de marginalidad y rupturismo que su señoría muestra, ese formato televisivo, afectado y teatral de su vida pública».
Y ha añadido: «Se ve que el hábito hace al monje mucho más de lo que se supone. Necesita ese estilo desabrochado, esa palabrería inflamada, esa sobreactuación indignada que gasta habitualmente».
Además, le ha reprochado su «enfermiza obsesión» de dividir a los ciudadanos en buenos y malos.
El presidente del Gobierno ha acusado a Iglesias de no querer debatir argumentos, sino de intentar destruir al adversario, y ha considerado que su «concepción divisiva de la política» retrata a Podemos como «un partido que jamás debe gobernar España».
No cree que puedan hacerlo quienes han protagonizado «escraches», quienes legitiman o amparan a personas condenadas por agresiones a adversarios políticos o a miembros de las fuerzas de seguridad, o quienes han sido denunciados por la Asociación de la Prensa por una campaña sistematizada de acoso personal contra periodistas.
Para Rajoy, las falsedades a las que considera que recurren los dirigentes de Podemos quedan en evidencia en el Parlamento, como decir que en España los derechos de los ciudadanos están amenazados o que el único proyecto del Gobierno es normalizar la corrupción.
El presidente del Gobierno interpreta que cuanto mejor va España, más necesita Podemos faltar a la verdad y exagerar el tono y la descalificación.
«Su estrategia y su proyecto se resumen en una máxima: cuanto peor para todos, mejor para mi beneficio político», según Rajoy, quien cree que «su experimento de populismo de izquierdas a la española se disuelve a marchas forzadas».
Cree que sus «ardides publicitarios» le pueden haber ayudado a conseguir un escaño, «pero aquí se acaba su recorrido».
Al resaltar la poca fiabilidad de Iglesias, le ha acusado de vivir instalado en «un ejercicio de permanente transformismo» al ser capaz de asumir todas las posiciones políticas si cree que eso conviene a sus intereses.
«El desconcierto no es lo que se espera de un gobernante, ni una subasta de ocurrencias, ni una estrategia zigzagueante. Todo esto revela que considera temerario mostrar sus cartas, que esconde sus intenciones, que usted no es fiable», ha sentenciado.
Rajoy ha hecho uso de la ironía para preguntarse cómo siendo Iglesias «tan brillante, tan sensible y tan cercano», los ciudadanos desdeñan sus méritos y «parece ser víctima de una conjura universal contra su persona y su proyecto».
El presidente ha rechazado el proyecto económico y social que encarna Iglesias, ha recordado su defensa de Venezuela como ejemplo democrático y ha cuestionado su visión sobre la división de poderes al señalar que parece que pretende compatibilizar el cargo de presidente del Gobierno con el de presidente del Tribunal Supremo.
Por eso, cree que al líder de Podemos la democracia real le gusta con reservas.
Al repasar los peligros que considera que tendría una España con Iglesias como presidente ha advertido de que se volvería a la crisis económica y le ha exigido que aclare su posición sobre Cataluña en vez de esconderse en «eufemismos».
En un segundo turno de réplica, Rajoy ha insistido en que a los de Podemos «ya no les queda nada» y por eso han montado esta moción para «ver qué pasaba con el PSOE» y para «meterse con otros grupos que apoyan la estabilidad».
Y ha insistido en que las «ambigüedades» de Iglesias son fruto del «cálculo político».
EFE