lunes, septiembre 23, 2024
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El enlace de la Policía en Argentina: «Qué feliz era yo con Franco»

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«Qué feliz era yo con Franco», «Franco era el mejor» o «A mí me mola Trump» son algunas de las frases de Rodrigo Gavilán, subinspector de la Policía Nacional y azote de Rodríguez Zapatero, en su época como presidente del Gobierno. Hoy es el enlace de Interior en la Embajada española de Argentina. Gavilán, relacionado en muchas ocasiones con grupos violentos de extrema derecha, nunca ha ocultado su ideología política y tampoco la esconde ahora que ejerce como representante a España fuera del territorio nacional. Condecorado hace menos de un año con la Distinción de “Gendarmeria Nacional Argentina”, Gavilán ha focalizado todas sus preocupaciones en la inmigración, aunque él sea un inmigrante fuera de su país.

Con un cargo en la Administración y con un sueldo categoría 'A', Gavilán manifestado su obsesión por las personas ilegales que llegan a España en su cuenta personal de Twitter. En muchas ocasiones, Gavilán utiliza la técnica del retuit, es decir reflejar lo que dicen otros usuarios de la red del pájaro azul, para no incurrir en opinión personal. Aunque se desconoce el sueldo que cobra como enlace en la Embajada, algunas fuentes policiales señalan que personas que desempeñan funciones parecidas a las suyas en otras embajadas pueden llegar a cobrar hasta 24.000 euros en dietas. Esas mismas fuentes también afirman que al residir fuera de España no tiene que declarar y su sueldo, por tanto, es neto. 

De todos modos, Gavilán no sólo se hace eco de otras opiniones, aunque menos habitual también plasma sus propias ideas en su cuenta de Twitter. De este modo, se pueden encontrar comentarios contra las personas de origen africano que intentan entrar en España. 

El radicalismo de su discurso se pudo comprobar también durante los atentados yihadistas de la sala Bataclan. «Lo de Francia de hoy era prevsisible y seguramente volverá a ocurrir. No hay solución para frenarlo. Durante los veinte últimos años, Qatar ha estado financiando proyectos sociales en todos los barrios populares de Francia. Es decir, yo te doy de comer, te doy asistencia sanitaria y social a cambio de que tú vayas a la mezquita radical. El resultado no puede ser otro. Miles de musulmanes de nacionalidad francesa que quieren exterminarnos a todos», escribía en sus redes sociales. 

El colectivo LGTBI es otro de sus focos de atención. «Puestos a quitar cosas que le molestan a los islamistas, ¿por qué no quitamos las cabalgatas del Orgullo Gay?», escribía Gavilán en su cuenta personal de Twitter el pasado mes de diciembre del año 2016. También los independentistas catalanes, a los que define como «paletos», han sido objetivo de este controvertido policía.

El discurso extremista de Gavilán, su visión crítica con la labor de José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno, y su condición de sindical liberado del CEP (Conferencia Española de Policñia) le sirvieron para llegar a las tertulias políticas de algunas canales de televisión como 'Intereconomía'. Cada vez más habitual en los platós, Gavilán decidió dar el saltó de tertuliano a periodista de investigación, en el años 2010. Para ello, el portavoz por aquel entonces del CEP pidió una excedencia para centrarse en su nueva faceta de investigador. Fichado por la propia cadena que le vio nacer, 'Intereconomía', Gavilán realizó varios reportajes de éxito entre los que destaca uno relacionado con una pelea entre los ultras del Real Madrid y el Bayer de Múnich. 

Su aventura televisiva dura cerca de dos años. Una vez de vuelta al Cuerpo Nacional de Policía, Gavilán consiguió un nuevo destino dentro del cuerpo: enlace de Interior en la Embajada española de Argentina. «Es un muy buen destino», señalan fuentes policiales. El cargo es un puesto de libre designación y fue elegido por Ignacio Cosidó, director general de la Policía Nacional desde el 30 de diciembre de 2011 hasta el 18 de noviembre de 2016.

Antes de saltar a la palestra mediática como tertuliano y por sus opiniones poco políticamente correctas, Gavilán patrulló durante muchos años las calle de Valladolid, ciudad que le vio nacer y en la que llegó a ser jefe de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción). «Hay compañeros que no querían ir con él porque era demasiado radical en algunas situaciones tensas y comprometidas», sentencian fuentes policiales. 

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