Los hechos arrancaron el pasado jueves 4 de agosto de madrugada. Según fuentes policiales un grupo de unos quinientos migrantes se aproximaron hasta la frontera de Marruecos en dirección a la de España. Los agentes antidisturbios marroquíes observaron la evolución del grupo que avanzaba hasta la frontera, pero cuando se aproximaron empezaron a repeler la avalancha de migrantes con excesiva violencia.
Testigos presenciales en el momento de los hechos relatan que algunos de los migrantes se pusieron a lanzar piedras y que el ataque fue reprimido por los agentes marroquíes, según explica el diario 'Ceuta Actualidad'. Por su parte, las autoridades españolas cerraron el paso fronterizo, momento que aprovecharon los policías marroquíes para controlar la situación y parar la revuelta. En total, 200 migrantes fueron detenidos y el resto del grupo consiguió huir con la intención de poder acceder a España por el paso de mercancías de El Tarajal II y el Biutz, lo que no consiguieron lograr finalmente gracias a la Unidad de Intervención y Prevención de la Policía Nacional, en el paso fronterizo y por el Grupo Rural de Seguridad de la Guardia Civil.
Según fuentes policiales, sobre las 02:35 horas de la madrugada los migrantes habían desaparecido del paso fronterizo refugiándose en los bosques de la zona de Beliones. Los heridos tras la revuelta fueron atendidos por sanitarios que llegaron en ambulancias y fueron trasladados a hospitales cercanos a la zona. Los que no estaban heridos fueron detenidos. El dispositivo policial permaneció en El Tarajal II hasta bien avanzada la madrugada, acompañados por agentes del Grupo Rural de Seguridad del Instituto Armado.
Ante la posibilidad de que los migrantes que habían escapado pudieran volver a intentar saltar la valla por otras zonas, el resto de efectivos de la Guardia Civil quedaron desplegados por distintos sitios del punto fronterizo.
Cristina Sánchez