Las cifras de ahogamiento de este verano son escalofriantes, son la mitad las personas que han perdido la vida en el agua que las que lo han hecho en carretera. En lo que llevamos de verano son más de 300 personas, aunque todavía no se conocen los datos oficiales del mes de agosto. Pero ¿a quién debemos culpar de este desastre que nos afecta a todos?
Todo apunta a que, entre las responsabilidades, hay una notable falta de regulación en este sector en todos los ámbitos. En primer lugar, la falta de vigilancia en las zonas más peligrosas, no todas las playas tienen socorristas; también se ha criticado la falta de autoridad que poseen estos, además de una enorme desigualdad para la obtención de los títulos, que cambian según la provincia de España.
A pesar de que la Comunidad de Madrid no tiene playa, y por ello es la localidad con menor tasa de mortalidad por ahogamiento, sin embargo, por el momento, son tres los fallecidos en la capital, estos datos se igualan a los del 2015. Uno de los grandes culpables de los ahogamientos son los pantanos, en lo que llevamos de verano han perdido la vida dos personas en el madrileño pantano de San Juan. La localidad de San Martín de Valdeiglesias. (a la que pertenece el pantano), no se hace cargo de implantar vigilancia a pesar de que estas zonas son mas peligrosas para los bañistas, aguas muy profundas, cambios de rasante o la fuerza con la que arrastra el agua o los vehículos acuáticos son solo algunas de las causas que pueden producir ahogamientos. Aunque recientemente debido a tragedia han comunicado que quieren delimitar las zonas de baño y prohibir la navegación en ellas, con el fin de promover la seguridad en el embalse, han informado fuentes municipales.
Por su parte el Consejero de Sanidad ha puesto encima de la mesa que se establezca al socorrista como una «autoridad acuática» cuyas indicaciones deban seguirse de manera obligatoria. Jesús Sánchez Martos ha apostado por aprobar un proyecto de ley en este sentido para dar una respuesta política a las muertes por ahogamiento. Pero la situación es aún peor en Cataluña: la pasada semana perdían la vida 2 personas en playas de Sant Pere Pescador y Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant, el incidente se produjo debido a que no había servicio de vigilancia al haber acabado la temporada.
Otra de las grandes controversias es la obtención de la titulación de socorrista, según ha declarado Miguel Heredia, portavoz de pesca y diputado socialista ha señalado que, actualmente, “no existe una regulación estatal que establezca unos mínimos de formación para los socorristas». De esto debe encargarse el gobierno implantando una ley que sea igual para todas las comunidades autónomas ya que a pesar de que la forma de acceder al título varia en dificultad y en número de horas, la mayoría de los títulos expedidos son validos en toda la Península. Por ejemplo en la Comunidad de Madrid se pueden obtener dos títulos diferentes, por un lado el de vigilante de piscinas y por otro el de aguas abiertas o playas. Ambos títulos constan de una parte teórica y una práctica, ambas presenciales. Pero para obtener la titulación de socorrista de playa los aspirantes deberán cursar las clases prácticas en la Región de Murcia para conocer los entresijos del mar teniendo que completar un total de 25 horas de prácticas en aguas abiertas.
Por el contrario Andalucía por su parte tiene un nivel bastante más bajo para poder ejercer, a pesar de que es la comunidad autónoma con mayor número de ahogados en lo que llevamos de verano. Sus playas se caracterizan por las grandes dimensiones y sus fuertes vientos dificultan la salida a la orilla para muchos bañistas. Por ejemplo la región de Tarifa es conocida por el surf su fuerte oleaje. La obtención del título es considerablemente más fácil, en primer lugar se trata de un titulo que tiene vigencia en todo el territorio español, denominado curso de salvamento y socorrismo acuático en territorio nacional. Los aspirantes pueden cursar la parte teórica a distancia, y sus prácticas son en piscina, además de que el número total de horas para completar el curso es muy inferior al de Galicia. En la provincia de Coruña los jóvenes tiene que completar un total e 790 horas presenciales, teniendo un bloque general de 495, mientras que en Cádiz o Granada tiene que superar 125 horas entre la parte teórica 104, y la parte práctica 21. Además de que un gran número de playas de la costa mediterránea carece de vigilancia.
Como resultado el Gobierno debería tomar cartas en el asunto, y es que es un tema que exige una solución inminente para poder evitar que el mar se siga cobrando la vida de más personas.
Rocío Morales