Un director de centro de adultos en la provincia de Tarragona descubre que su centro aparece como local electoral. El director se presenta en los servicios territoriales de la Generalitat para interesarse por la cuestión.
El funcionario, en primer lugar, le exige que deje el móvil fuera del despacho. Obviamente, no desea que sus instrucciones consten en ningún tipo de documento.
En segundo lugar, le tranquiliza: «No pasa nada; dimite ahora y el día 2 te volvemos a nombrar».
Esta es la estrategia adoptada por los Servicios Territoriales de Educación para evitar las deserciones de los responsables de los colegios electorales. Los profesionales se temen que no sea tanto una estrategia para garantizar la,desobediencia de los directores, como una oportunidad para hacer limpieza ideológica en la dirección de los centros.
El rechazo al móvil, como la ausencia de instrucciones por escrito, es una instrucción que han recibido los distintos responsables electorales: evitar testimonios que comprometan a la Generalitat.
Domingo Labrador