Las costas españolas han vuelto a convertirse en destino preferente de muchas de las pateras que salen del norte de África en busca de suelo europeo. Más de 12.000 personas han llegado al litoral español en lo que va de año -más del doble de todos los inmigrantes que consiguieron llegar a España tras jugarse la vida en el Mediterráneo en el año 2016, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)- y las comisarías de la Policía Nacional que se encargan de gestionar su entrada se colapsan cada vez que hay una llegada masiva.
En el mar, los buques y aviones de Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y de la Armada rastrean sin parar la costa mediterráneas y, de hecho, han aumentado los medios que emplean ante el incremento progresivo de la actividad en la denominada “ruta mediterránea oeste”, una vía que ha vuelto a reactivarse por las dificultades que comienzan a encontrar las mafias por otras rutas. Los rescates de Salvamento Marítimo se han convertido en un goteo incesante que se solapa, con varios rescates en pocas horas:
La Salvamar Spica navega hacia #Almería con las 2 mujeres y 33 hombres rescatados a 41mn al S Sacratif.LLegada prevista: 15h aproximadamente
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) 31 de octubre de 2017
La Guardamar Concepción Arenal se dirige al @puertotarifa con los 19 hombres rescatados de 2 pateras 20mn SW Tarifa. Llegarán a las 10.45h
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) 31 de octubre de 2017
Noche intensa para la Guardamar Calíope: rescató a 16 hombres de patera 25' E Cabo de Palos.Gracias al pesquero Siempre Kalima por informar
— SALVAMENTO MARÍTIMO (@salvamentogob) 31 de octubre de 2017
Pero el problema comienza a estar en tierra. Solo en el último mes, los datos empiezan a alertar. En Motril, la Cruz Roja ha atendido a 719 personas, lo que asciende a 2.859 el total del año en el puerto granadino batiendo los récords del año 2005. En Málaga, han llegado unas 400 personas en el mes de octubre. Allí también se ha notado el incremento en la llegada de embarcaciones ilegales, que han pasado de 21 en 2016 a 35 en lo que va de año, según fuentes policiales. Este mismo fin de semana un buque de Salvamento Marítimo desembarcó a 104 personas y las Comisarías del Cuerpo Nacional de Policía no dan abasto.
La sede provincial de Málaga estaba al completo, con lo que tuvieron que repartir a los migrantes en otras comisarías de distrito de la capital malagueña, la de Torremolinos y Fuengirola. “Se ha prohibido meterlos en polideportivos o instalaciones similares así que acaban repartidos en cinco comisarías”, explican fuentes del CNP. En otros lugares, como Almería, donde hay ni siquiera se han podido recepcionar las últimas llegadas, o Cádiz, donde “la situación es incluso peor”. “Las costas de Tarifa y Barbate son puntos de llegada de los buques de Salvamento Marítimo que rescatan a los migrantes que tratan de cruzar el Estrecho”, explican otras fuentes del CNP.
Además, la convulsa situación que se vive en Cataluña y los agentes comisionados por la Guardia Civil y la Policía Nacional ha mermado la capacidad de reacción de comisarías de lugares como Cádiz. «El despliegue de policías allí, hacen que los que se quedan aquí, estén aún más sobresaturados con los operativos de retorno de inmigrantes», afirman fuentes policiales.
Huellas dactilares y 72 horas
Normalmente, los inmigrantes llegan a los puertos en los barcos de Salvamento Marítimo -que trabaja en coordinación con la Armada, la agencia de la Unión Europea FRONTEX y, fundamentalmente, Guardia Civil-. Nada más pisar suelo español, son asistidos por la Cruz Roja y, a continuación, pasan a disposición policial. La Guardia Civil entrega a sus compañeros del CNP un acta de localización y el número de rescatados y son ellos los que se hacen cargo de la tramitación y el registro de las personas recién llegadas a España.
Los migrantes que acaban de entrar en el país pueden estar un máximo de 72 horas en las comisarías -como cualquier detenido- aunque “lo habitual es que en 48 horas sean entregados a las ONG”, ante la saturación de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE), según indica una fuente policial a este diario. Y ahí el control se pierde. “El único registro que tenemos de ellos son sus huellas dactilares”, explica la misma fuente. Muchos de ellos permanecen en España; otros se marchan a Francia u otros países de Europa donde tienen familiares.
El buen funcionamiento de los sistemas de rescate españoles se ha convertido en parte de la estructura del propio sistema de las mafias, que cuentan con que los migrantes que han puesto en embarcaciones -casi siempre precarias- serán rescatados. “Salvamento Marítimo se entera de las salidas de algunas de las pateras porque hay ONG en Marruecos que se ponen en contacto con otras personas aquí en España que avisan de la salida”, explica un policía familiarizado con el sistema de rescate.
Nos alertan familiares e una #patera con 35 personas (2mujeres) en Alboran. Otras 9 personas piden auxilio desde el Estrecho #FronteraSur
— Helena Maleno Garzón (@HelenaMaleno) 31 de octubre de 2017
“Muchas veces nos enteramos antes de que viene una patera por la publicación en Twitter que por la llamada de Salvamento”, explica una fuente policial, que indica que, en algunas ocasiones, se hacen también rescates en aguas marroquíes -algo que no correspondería a los equipos de salvamento españoles-.
Paula Pérez Cava