Forges murió esta madrugada en la clínica de la Fundación Jiménez Díaz, tras combatir con la enfermedad que le había sido diagnosticada en febrero de 2017.
A lo largo de su carrera profesional, el humorista plasmó su visión de la realidad en publicaciones como Hermano Lobo, La Codorniz, El jueves, Pueblo, Informaciones, Diario 16, El Mundo o El País, periódico en el que publicó sus viñetas durante los últimos 23 años.
Ese rotativo le considera como «el humorista que mejor ha retratado el último medio siglo de la historia de España» y destaca que «supo plasmar con ternura e ironía la evolución de una sociedad que pasó del desarrollismo franquista de sus primeros dibujos al mundo hipertecnológico de su última etapa».
La visión irónica de la actualidad de «Forges» tiene este jueves su último episodio en la viñeta que publica en El País, diario en el que publicaba desde hace más de veinte años, y en la que uno de sus personajes más reconocibles, posado sobre una cuerda floja destensada, comenta: «Esto del año político flácido es irreparable. Recognes».
El humorista supo sintetizar la actualidad en sus dibujos y las frases lapidarias de sus personajes entrañables, que eran capaces de la crítica más feroz de la sociedad española, con ironía, pero también con cariño.
El ruido de Madrid fue objeto de sus dardos en la viñeta del pasado lunes, en la que un superhéroe canijo, con su capa, su antifaz y sus calzoncillos por fuera contempla desde un tejado la ciudad con una bocina por sombrero.
«Amanece… el mítico héroe madrileño «Bochinchéitor» se dispone, como señor del ruido, a enseñorearse un día más de la sufriente capital…»
El martes dos hombrecillos -¿Lamas, quizás?- miran desde lo alto de una montaña en la que hay un pequeño templo: «Me aburro», «¿Ponemos la tele?», «Bueno».
También el aburrimiento era el tema de la viñeta de ayer; un marido hace equilibrios con la cortina apoyada sobre su nariz desafiando la ley de la gravedad, mientras Puri está leyendo en el sofá. «Puri: Toma Newton».
Con esas cuatro viñetas se ha despedido Forges, crítico como siempre, lúcido, tierno y, a lo que se ve, un poco aburrido
EFE