Después de ganar en 2007 el España de Ensayo con ‘Adiós Cataluña’, Albert Boadella vuelve a publicar en la editorial ‘¡Viva Tabarnia!’, con el que reflexiona sobre la situación actual en Cataluña y las causas políticas, sociales y culturales que han conducido a ella. Como presidente de esa ‘república’, explica las razones y la importancia de la existencia de la misma.
El escritor, durante la presentación este miércoles de su obra en Madrid, quiso primero dar las gracias a Mario Vargas Llosa, que se la ha prologado, porque «no le gusta hacer prólogos y aquí lo habrá hecho por amistad y solidaridad con la causa que defiendo», y después recordar al joven Jaume Vives, que tuvo que soportar lo suyo por poner canciones de Manolo Escobar a los independentistas catalanes.
Para Boadellas, «el catalanismo esencialmente es xenofobia, ya desde sus inicios en el siglo XIX, porque era una mirada de superioridad hacia los demás, a los que consideraba menos higiénicos, más cutres y hasta imperialistas». A partir de ahí dijo que «se fue disimulando y en el siglo XX reaparece en formas distintas, aunque en la Transición parece haber desaparecido hasta que unos desvergonzados vuelven a poner en marcha ese virus».
Por ese motivo dice que nació Tabarnia, «es la consecuencia del 21-D», a la que definió como «una catarsis no política sino como salida de emergencia con la que satirizar lo que hacen los independentistas». Lo que no se atrevió a adelantar es hasta dónde puede llegar el movimiento que encabeza porque «tampoco sabemos dónde van a ir a parar los otros ya que cada día hay más degradación política y social de la sociedad catalana».
Gente olvidada
Albert Boadellas indicó que «muchos españoles creían que Cataluña era un oasis y el 1-O se encontraron de golpe con el problema más grave de este país desde la Transición», por lo que lamentó que «los que estábamos enfrentados al nacionalismo hemos estado olvidados por parte del resto de España y de sus sucesivos gobiernos».
De éstos no parece tener una buena impresión porque «lo han hecho bastante mal, ya que se podía haber evitado lo que ha pasado y lo que puede seguir pasando, y la falta de decisión la estamos pagando ahora muy cara». Ejemplo de ello puso la comarca del Ampurdán, «antes era una zona de transición, de gente distinta, como Dalí, y ahora ha quedado arrasada por una inmensa secta que la tiene perfectamente domada».
Lo que quiso dejar muy claro es que «Tabarnia está al margen de cualquier política de partidos», y por ello puntualizó que su nueva obra es «un libro oral, grabé las conversaciones e hice un repaso para hablar de cosas que he vivido, porque además he conocido a muchos de los que han sembrado ahora el virus».
Durante la presentación del libro fue cuestionado hasta por Esperanza Aguirre, que le contrató en su día como director de los teatros del Canal, y subrayó que «es una encantadora mujer y yo sólo puedo decir que nunca he trabajado con tanta libertad como con ella»: En este punto recordó que «a mí sólo me ha censurado el antiguo régimen y Canal +, que me cortaba todo lo que estaba relacionado con el Opus y el PP».
De cara al futuro confesó que no cree que el conflicto catalán pueda terminar en una nueva guerra civil, «es difícil un estado revolucionario, no creo que vayamos a más de quemar neumáticos y parar trenes porque no estamos en los años 30, la gente, a diferencia de entonces, tiene mucho que perder ahora».
M. Arroyo