El acto de toma de posesión del Govern, en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat, no sólo ha servido para solemnizar el punto y final del 155 sino también para homenajear a los «presos y exiliados» soberanistas y reivindicar su legado, incluido el «mandato republicano» tras el 1-O, ha destacado Torra.
Con aplausos y gritos de «libertad» los asistentes al acto han recibido a los familiares de los soberanistas que se encuentran en prisión preventiva o en el extranjero -entre ellos, Marcela Topor, esposa del expresident Carles Puigdemont-, después de que accedieran al salón Torra junto al presidente del Parlament, Roger Torrent.
Familiares de Jordi Turull y Josep Rull -en la cárcel de Estremera (Madrid)- y de Antoni Comín y Lluís Puig -huidos a Bélgica- han leído unas cartas en las que los exconsellers han querido formalizar su renuncia a ser restituidos por ahora, para facilitar así la puesta en marcha del nuevo Govern.
A continuación, junto a una mesa en la que destacaba una figura de plata de Sant Jordi, los 13 consellers han respondido con un «sí, lo prometo» a la pregunta de Torra: «¿Promete cumplir fielmente de acuerdo con la ley las obligaciones del cargo que asumís al servicio de Cataluña y con lealtad al presidente de la Generalitat?».
Luego, ha tomado la palabra el propio Torra, que ha expresado su compromiso de «avanzar de acuerdo con el referéndum del 1-O» para constituir «un Estado independiente en forma de república», un «mandato» que considera «refrendado» en las urnas el pasado 21D.
Dirigiéndose al presidente socialista, ha afirmado: «Presidente Pedro Sánchez, hablemos, tomemos riesgos ustedes y nosotros, sentémonos a la misma mesa y negociemos de gobierno a gobierno. Esta situación que vivimos no puede alargarse ni un día más».
A la ceremonia han asistido entre otros los expresidentes Artur Mas, José Montilla y Pasqual Maragall; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; los exconsellers del anterior Govern Carles Mundó y Meritxell Borràs, así como representantes de la sociedad civil y de los grupos parlamentarios catalanes, salvo Ciudadanos y el PPC.
Al finalizar el acto, y tras posar en la Galería Gótica del Palau de la Generalitat para su primera fotografía oficial, los miembros del Govern han celebrado su primera reunión en la sala Tarradellas, desocupada desde el 24 de octubre, en vísperas de la proclamación unilateral de independencia y la consiguiente aplicación del 155.
Junto a Torra se sentaban sus consellers, con lazos o prendas amarillas: Pere Aragonès (Economía y Hacienda y vicepresidente), Elsa Artadi (Presidencia y portavoz), Ernest Maragall (Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia), Miquel Buch (Interior), Josep Bargalló (Enseñanza) y Alba Vergés (Salud).
También estaban Damià Calvet (Territorio y Sostenibilidad), Laura Borràs (Cultura), Ester Capella (Justicia), Chakir El Homrani (Trabajo, Asuntos Sociales y Familias), Maria Àngels Chacón (Empresa y Conocimiento), Jordi Puigneró (Políticas Digitales y Administración Pública), Teresa Jordà (Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación) y el secretario de Govern, Víctor Cullell.
Está previsto que el lunes los consellers acudan a sus despachos en las sedes de sus respectivos departamentos, si bien no habrá el tradicional traspaso de carteras con sus antecesores, ya que casi todos ellos se encuentran en prisión o en el extranjero ante el proceso judicial abierto por el proceso independentista.
El primer gesto público de Torra tras la toma de posesión del Govern ha sido ordenar desplegar en el balcón del Palau de la Generalitat una pancarta con un lazo amarillo y un mensaje, en catalán e inglés: «Libertad presos políticos y exiliados».
Tras la reunión del Govern, Torra ha salido de Palau unos minutos para saludar, abrazarse y fotografiarse con ciudadanos que seguían en la plaza Sant Jaume, que lo han animado con gritos de aliento.
Torra les recordaba que piensa seguir la estela de Puigdemont, mientras señalaba la pancarta desplegada en el balcón de Palau.
Desde Sitges (Barcelona), la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, ha justificado la ausencia de su partido en el acto de Palau porque Torra ha dicho que el lazo amarillo es el símbolo que representa a su ejecutivo, y eso, en opinión de la formación naranja, supone excluir a «más de la mitad de catalanes».
En Badalona (Barcelona), el secretario de organización del PSC, Salvador Illa, ha dicho que el Gobierno de Sánchez abrirá «un nuevo tiempo de esperanza» marcado por un «diálogo constructivo».
Antes de asistir a la toma de posesión, Colau ha celebrado el inicio de una «nueva etapa», con un Govern ya en funcionamiento y con un PSOE fuera del «bloque del 155», y ha avanzado su intención de pedir una reunión con el nuevo ejecutivo catalán
Redacción