Iñaki Urdangarin, condenado por el Tribunal Supremo a cinco años y diez meses de cárcel por el caso Nóos, ha ingresado esta mañana en la cárcel de Brieva, en Ávila.
El Duque de Palma llegó anoche al aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas procedente de Ginebra (Suiza), donde reside con su mujer, la Infanta Cristina y con sus hijos.
El Tribunal Supremo ratificó el martes pasado la condena inicial de la Audiencia de Palma por malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico de influencias, pero le absolvió de falsedad en documento público, con lo que rebajó en cinco meses la pena de privación de libertad, que es en total de 5 años y 10 meses.
La prisión de Brieva ha sido el centro penitenciario elegido por Iñaki Urdangarín, ya que podía elegir el centro penitenciario para cumplir la condena (cualquier ciudadano que en el momento de ingresar se encuentre en libertad puede elegirlo).
La prisión de Brieva, se encuentra situada a 7 kilómetros de la ciudad de Ávila, y en este mismo lugar cumplió condena el exdirector de la Guardia Civil Luis Roldán.
Se construyó en 1989, y con 43.540 metros cuadrados, es un centro de pequeño tamaño con 162 celdas y 18 complementarias, según datos de Instituciones Penitenciarias.
El miércoles pasado, un día después de que el Supremo confirmara la sentencia de este caso de corrupción, la Audiencia de Palma, el tribunal que le condenó en primera instancia, le entregó el mandamiento judicial por el que ordenaba su ingreso en prisión, en el que le daba cinco días para presentarse voluntariamente. Dicho plazo vencía hoy.
Ahora tendrá que pasar por todos los trámites del primer ingreso. Se le hará una ficha y un reconociminto médico, además de ser entrevistado por un equipo formado por trabajadores sociales y psicólogos que le evalúarán.
Lo habitual es que el preso pase la primera noche en el módulo de ingresos y después se le traslade al más adecuado. Probablemente, y dadas sus características, al conocido como «de respeto», donde el interno acepta unas normas de comportamiento e higiene y de organización de la vida diaria en dicha instalación.
Aun así, la prisión puede analizar si la cárcel que ha elegido el Duque de Palma es la más apropiada y, acogiéndose al artículo 75 del Reglamento Penitenciario, Instituciones Penitenciarias puede decidir cambiarle si considera que la escogida por el condenado no es la idónea para salvaguardar la seguridad del interno o el buen orden del centro.
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