Hola a todas y a todos. Supongo que pensaréis que esta carta es para contar mi versión y mi vivencia, pero no es así. Esta carta es de agradecimiento.
Mamá, papá, gracias no sólo por el apoyo, sino por sacar fuerzas de donde no las teníais y habérmelas dado a mí.
Gracias por todo lo que me habéis enseñado y por todo lo que me enseñaréis, pero sobre todo por no abandonarme, ni abandonaros a vosotros por mucho que quisiérais.
Gracias a mis tías, a mis abuelos, a mis tíos y primos por hacerme ver que en esto se basa una familia, en estar siempre, pase lo que pase.
Quiero también dar las gracias a mis personas, mis elegidas, las mejores elecciones que he hecho en esta vida. Por apoyarme, llorar conmigo, enfadaros porque no tenía sentido lo que sentía, por reír, por hacerme ver que lo mejor y lo peor de la vida hay que compartirlo, por odiar y sobre todo por querer; vosotros me lavantáis.
También quisiera agradecer a toda la gente que sin conocerme tomó España y me dio voz cuando muchos me la intentaron quitar. Gracias por no dejarme sola, por creerme hermanas, gracias por todo. De corazón. Gracias a todo el mundo que haya hablado de mí un segundo para repudiar lo ocurrido.
A las asociaciones, personas de la calle como yo, personalidades políticas, famosos, periodistas que me hayan respetado y en general, a todo quien se haya preocupado por mí. Gracias por hacerme sentir otra vez parte de una sociedad, en que parece que si te violan tienes que llevar el cartel de violada pegado en la frente.
Gracias por luchar, gritar, llorar, y apoyar esta causa.
Por último, y para mí lo más importante, denunciad. Nadie tiene que pasar por esto.
Nadie tiene que lamentarse de beber, de hablar con gente de fiesta, de ir sola a casa o de llevar una minifalda. Nos tenemos que lamentar todos de la mentalidad que tiene esta sociedad, donde esto le puede pasar a cualquiera, os lo aseguro.
Tened cuidado con lo que decís, no sabéis cuántas veces he oído hablar “sobre la chica de San Fermines” sin saber que esa chica era la que estaba sentada a su lado. Y por cierto, no soy “la chica de San Fermines”, soy la hija de…, nieta de…, amiga de…, y a lo mejor ese “de” sois uno de vosotros, así que, por favor, pensad antes de hablar. Igual que estamos muy mentalizados y no bromeamos con enfermedades, no podemos bromear con una violación. Es indecente. Y está en nuestras manos cambiarlo.
Por favor, sólo pido que, por mucho que penséis que no os van a creer, denunciéis, os puedo asegurar que todo el camino que hay que recorrer no es un plato de buen gusto. Pero qué hubiera pasado si yo no hubiera denunciado. Pensadlo. Está muy bien condenar unos hechos, pero todos tenemos que ser partícipes del cambio.
Personalmente, con que mi caso haya removido la conciencia de una persona, o haya dado fuerza a otras personas a luchar, yo me doy por satisfecha. Para todas esas mujeres, hombres, niñas y niños que estén pasando por algo parecido, se puede salir, pensaréis que no tenéis fuerzas para luchar, pero os sorprendería saber la fuerza que tenemos los seres humanos. Contadlo a un amigo, a un familiar, a la policía, en un tweet, hacedlo como queráis, pero contadlo. No os quedéis callados . Porque si lo hacéis , les estáis dejando ganar a ellos.
Redacción