Semanas atrás, una familia madrileña se puso en contacto con la redacción de Estrella Digital para contarnos su caso. David, que es como se llama el cliente, puso en nuestro conocimiento una experiencia muy desagradable en relación a un producto que habían adquirido días atrás en uno de los establecimientos que la famosa cadena de supermercados DIA tiene en Madrid.
Relata que el pasado día 12 de julio, acudió junto a su mujer y sus hijos a este establecimiento, donde la familia compra habitualmente, y adquirieron varios productos, entre ellos dos empanadas de carne que estaban de oferta (2 empanadas por 5 euros). Esto ocurría sobre las 16.00 horas. La familia cuando llegó a casa, abrió una de las empanadas, que se encuentran habitualmente a la entrada del establecimiento, sin ningún tipo de refrigeración y en un envase que no está cerrado herméticamente, tan sólo es una bolsa de papel, de tipo panadería, en la cual aparece grabado «La hornada del día».
Hasta ese momento todo parecía transcurrir con normalidad. Pero esa misma noche, según nos cuenta David, decidieron abrir la otra empanada, que habían mantenido refrigerada en el frigorífico hasta ese momento. El primer trozo que cortaron fue para su hijo, de 8 años de edad; a continuación, el trozo para su padre, David, quien al notar un sabor muy fuerte en la empanada, decide escupirla. Su hijo ya ha masticado y tragado el primer bocado, indicando que sabía un poco rara. En ese momento, David se percata, al contemplar la empanada por su sabor tan ácido, de que ésta contiene una inesperada sorpresa: está llena de gusanos. Para su hijo ya era tarde, se lo había comido. Sus padres relatan que el niño sufrió un breve ataque de ansiedad, y entre gritos y llanto consiguió vomitarla.
La familia entonces decide grabar un vídeo mostrando en primer lugar el ticket de compra, y posteriormente, la empanada. Días más tarde los clientes se pusieron en acción para ejercer una reclamación tanto en el establecimiento como en la OMIC del municipio donde residen.
Las imágenes realmente pueden herir la sensibilidad del lector, pues resulta bastante desagradable ver cómo campan a sus anchas los gusanos en un producto destinado al consumo humano.
Desde el grupo empresarial se pusieron en contacto con el cliente, pidiéndole disculpas por lo sucedido; pero dándole a entender que por el tamaño de los gusanos (que según indican llevarían de 5 a 7 días en el producto) es imposible que las imágenes sean del día en que se adquirieron las empanadas.
Le aseguraron que estos productos sólo se exponen al público durante 3 días. El cliente les contestó que es posible que una mosca, por ejemplo, haya puesto huevos en el producto, ya que en ese momento se encontraba en una zona de la tienda, en la entrada de calle, junto a la frutería, en la que habitualmente observan muchas moscas.
Casualmente, cuando el cliente acudió a poner la reclamación, las mismas dependientas, con toda confianza, le explicaron que a partir de su denuncia, sus jefes accedieron a instalar lámparas exterminadoras de insectos; de la misma forma, acceden a retractilar ese tipo de productos para evitar que los insectos pongan huevos.
Tras conocer este relato, el equipo de redacción se puso en contacto con el Grupo DIA para conocer cuál era su versión de los hechos. Nos indicaron que se habían puesto en contacto con el proveedor del producto así como con sus técnicos de Calidad, con el fin de analizar lo ocurrido. Entienden que «es un hecho anómalo».
Nos aseguraron que «la empanada es un producto congelado y horneado, lo que imposibilita que las larvas sobrevivan a esas temperaturas, y que por ello resulta complicado detectar cuál ha sido la causa». Por último alegan que todos sus productos cumplen con los controles de calidad establecidos desde DIA.
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