Ocurrió después de que su expareja le hubiese apuñalado en varias zonas del cuerpo. Tras romperse la hoja del cuchillo, se desplazó a la cocina para buscar otro.
Así lo ha expresado la víctima en la primera sesión del juicio, celebrado en la Audiencia Provincial de Madrid, en el que el fiscal pide para Hugo M. V. quince años de prisión por los delitos de quebrantamiento de condena, allanamiento de morada y de homicidio en grado de tentativa.
Tras colgarse del tendedero, ha proseguido la víctima, vio como el agresor, que tenía prohibido acercarse a su pareja desde 2017, salía del portal, tras lo que se rompieron las cuerdas y se precipitó.
Fue entonces cuando el tendedero del piso inferior «amortiguó la caída y los vecinos pudieron socorrerla», ha detallado.
Todo ocurrió el 3 de marzo de 2017 cuando la víctima estaba esperando al hermano del agresor, quien se suponía que debía entregarle la manutención de la hija que el acusado y la mujer tienen en común.
Al ver que no llegaba, ha explicado, subió a su domicilio y al encender las luces de su habitación, «sorprendida y asustada», encontró a su expareja, que le preguntaba constantemente «dónde había estado con actitud violenta».
«Le dije que se fuera y que me diera las llaves, pero me cogió del cuello y vi que en la otra mano portaba un cuchillo. Entonces cerró la puerta y me empezó a apuñalar en el abdomen», ha detallado la mujer, ante preguntas del Ministerio Fiscal.
Tras haber recibido varias puñaladas, ha continuado la víctima, el agresor cesó en su intento de matarla porque se había roto la hoja del cuchillo.
«Cuando fue a la cocina para buscar otro cuchillo, cerré el pestillo de la puerta y escapé a la terraza de la habitación y pedí ayuda», ha señalado.
Por su parte, el acusado ha confesado los hechos por los que se le acusa y ha señalado que «perdió el control» aquel día y «se pregunta todos los días ‘cómo pudo pasar'».
No obstante, ha mantenido que él no esperó en el domicilio a su expareja, sino que ella le pidió que subiese y tras discutir por la orden de alejamiento que pesaba sobre él y sus consecuencias si le veían en el piso, comenzaron a forcejear y fue él quien le arrebató a ella un cuchillo que la víctima sacó de un cajón.
En su declaración como testigos, agentes de Policía han señalado que la víctima presentaba heridas cortantes por todo el cuerpo cuando la atendieron y que, además, encontraron «un trozo de cuchillo» en la ropa que portaba «llena de sangre».
Y han detallado que cuando subieron al domicilio, encontraron un cuchillo fuera y otro dentro de la habitación, uno de ellos con la «hoja rota».
En su último uso de la palabra, el acusado ha insistido en que «no es un maltratador» y ha pedido perdón a la víctima.
El juicio celebrado en la Audiencia de Madrid ha quedado visto para sentencia.
Redacción