lunes, noviembre 25, 2024
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«¿Ahora me crees?»: el 80% de los abusos sexuales a niños no se denuncia

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María tenía apenas 9 años y un secreto que pocos adultos serían capaces de soportar: su padre abusaba sexualmente de ella. Dos años estuvo la pequeña diciendo que no quería estar con su padre y la madre, impotente, lo denunció ante un juzgado. De nada sirvió. El juzgado había declarado el sobreseimiento de la causa al considerar que no había pruebas suficientes. Los llantos y quejas de María cada vez que tenía que ver al padre habían hecho que la Policía tuviera que personarse para asegurarse de que la niña se metía en el coche de sus abuelos paternos y se cumplía el régimen de visitas. La madre tenía prohibido acercarse al colegio el día de la entrega. María tomó entonces una decisión extrema: esconder una grabadora en uno de sus calcetines para demostrar que abusaban sexualmente de ella.

Según un informe de Save The Children, antes de dar el paso de denunciar los menores padecen los abusos un promedio de cuatro años; en seis de cada diez casos el abusador es alguien de su entorno (familiares, profesores, entrenadores o monitores); abusadores que se valen de su poder e influencia para imponer el silencio del menor mediante la «vergüenza, el chantaje y la amenaza«. Cuando se trata de niñas, sus edades oscilan entre los 7 y los 10 años. Su abusador es del entorno familiar. En el caso de los niños tienen 11 y 12 años y suelen padecer los abusos de un adulto con autoridad como el profesor, entrenador o monitor. 

“Lo hice. Y pensé que vendrían antes a por mí”. Así́ contestaba Joaquín Benítez, un profesor de gimnasia que durante 35 años dio clases en la misma institución y que hoy es el acusado con más denuncias en su contra de la serie de casos de abusos sexuales conocidos como “Caso Maristas”. En los dos meses siguientes a la primera denuncia contra Benítez, se interpusieron casi 40 denuncias contra diez profesores y monitores de dos colegios concertados de la orden de los Maristas en Barcelona; abusos que se extienden en el tiempo desde la década de los 70 del siglo pasado hasta el año 2011. 

A pesar de su confesión, de las 17 denuncias interpuestas contra Benítez, 13 han prescrito.Y es que en el 90% de los procesos, la única prueba es el testimonio del menor al que se le obliga a repetir su declaración hasta cuatro veces. En siete de cada diez, el caso se archiva «provocando que el abusador pueda seguir en contacto con el niño». Las cifras son alarmantes: el último año se registraron 35.913 denuncias por actos violentos contra la infancia, de ellas, 3.919 denuncias fueron por agresión sexual, un 5% más que en el año anterior, que registró 3.732 denuncias.

Pero además, la Fiscalía general del Estado ha advertido de un aumento «espectacular» de los abusos sexuales cometidos por menoresen 2017, un incremento que atribuye exclusivamente a la modificación del Código Penal introducida en 2015 que subió de 13 a 16 años la edad para prestar el libre consentimiento en las relaciones sexuales. Así, sigue creciendo el número de los delitos contra la libertad sexual cometidos por menores, que pasó de 1.081 en 2015 a 1.271 en 2016 y a 1.386 en 2017. En concreto, lo que engrosa esta cifra son los abusos sexuales. De esta forma, de los datos de la Fiscalía se desprende que, mientras las agresiones sexuales disminuyen levemente pasando de 476 en 2016 a 451 en 2017, los abusos sexuales siguen ascendiendo, pasando de 795 en 2016 a 935 en 2017. 

Fuentes policiales, sin embargo, consideran que el mayor riesgo es la baja tasa de denuncias que se producen. “Creemos que en torno al 80% de los delitos sexuales contra menoresno se denuncian”, desvelan, a lo que añaden que esta falta de denuncias se debe bien a que el menor no lo cuenta, bien a que su entorno no le cree. Es el caso de Javi, quien le dijo a su madre cuando tenía cinco años que el director de su escuela le acompañaba al baño y le tocaba. La madre, preocupada por lo que le decía su hijo, se lo contó a su profesora que, en vez de notificarlo como indica la ley, contestó: “Son cosas que se inventan los niños”. Casi una década después, las madres y padres de otras niñas de la misma escuela denunciaron al director por abusos sexuales. La respuesta de Javi a su madre fue demoledora: “¿Ahora me crees?”.

Bárbara Baron

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