La juez de Cornellà (Barcelona) que investiga la muerte del presunto terrorista que el pasado mes de agosto intentó apuñalar a una mossa d’esquadra en la comisaría de la población ha archivado la causa abierta a la agente que lo abatió a tiros.
Según han informado fuentes jurídicas, la titular del juzgado de instrucción número 2 de Cornellà ha acordado el sobreseimiento de la causa tras tomar testimonio a la agente y a testigos de los hechos y analizar los informes de balística que encargó.
Según la magistrada, la agente actuó ante un «riesgo inminente», no sólo para ella sino también para sus compañeros, y que no disparó hasta que usar el arma de fuego «fue su última opción».
El ataque, que está siendo investigado por la Audiencia Nacional como un delito de terrorismo, ocurrió el pasado 20 de agosto, cuando un hombre, al parecer fruto de una crisis personal, irrumpió en la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Cornellà e intentó apuñalar al grito de «Alá es grande» a una agente, que lo abatió a tiros.
La juez ha decretado el sobreseimiento libre de la causa abierta a la mossa, representada por los servicios jurídicos del sindicato USPAC, tras tomarle declaración a ella y a testigos de los hechos y analizar los informes de balística que encargó, así como los resultados de la autopsia practicada al cadáver.
Según describe la instructora en su auto, el presunto terrorista entró en la comisaría y se aproximó a centímetros de la garita donde se encontraba la agente, tras lo que sacó un cuchillo de grandes dimensiones y se abalanzó sobre ella para intentar clavárselo.
De acuerdo con la grabación de las cámaras de seguridad, prosigue la magistrada, el supuesto terrorista persiguió a la agente por las dependencias policiales hasta que ella quedó «acorralada», lo que motivó que la mossa le disparara los cuatro tiros que acabaron con su vida.
En su auto, la juez sostiene que el asaltante «no sólo intentó agredir mortalmente» a la mossa d’esquadra, sino que «hasta el momento en que fue abatido «perseveró en consumar el ataque iniciado en la garita».
«Por lo tanto, la agresión ilegítima fue permanente y persistió hasta que fue repelida con el abatimiento del agresor», añade le juez, que detalla que, según revelan los resultados de la autopsia, el asaltante «ni soltó el cuchillo, ni dejó de avanzar» cuando empezó a recibir los disparos.
Según la juez, «a pesar del escaso tiempo de reacción que tuvo la agente durante todo el suceso, la misma no usó el arma de fuego hasta que fue su última opción» y su actuación fue proporcionada para evitar un «riesgo inminente» no solo para su vida «sino para sus compañeros, que iniciaban el turno a las 6 y accedían a la comisaría desarmados o se hallaban en los vestuarios cambiándose».
Aunque las motivaciones del asaltante están siendo investigadas por la Audiencia Nacional, la juez razona en su auto que la elección de una mossa d’esquadra como víctima «no fue cuestión del azar», sino que el presunto terrorista «sabía perfectamente que la persona que se hallaba en la garita de la comisaría era una agente de policía».
Para la juez, tampoco podía ignorar el asaltante que atacar con un cuchillo a un mosso d’esquadra armado, al grito de Alá, «a los tres días del primer aniversario terrorista de Las Ramblas de Barcelona y estando decretado el nivel 4 de alerta terrorista, ponía en riesgo su integridad».
«Por ello, no sólo es evidente la existencia de una agresión ilegítima, sino también que la misma era dolosa y premeditada», concluye la instructora.
En un comunicado, el sindicato USPAC celebra que el auto judicial destaque «la meritoria actuación de la agente, que sirvió para proteger al sargento que tenía al lado, así como al resto de compañeros y compañeras de la comisaría de Cornellà».
Redacción