El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha advertido hoy al líder del PP, Pablo Casado, de que no hablará más con él si no retira su acusación de que es «partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España». «¿Mantiene sí o no esas palabras? Si las mantiene, usted y yo no tenemos nada más de qué hablar», ha dicho Sánchez a Casado en el pleno del Congreso, tras reclamarle más de media docena de veces que retirara su acusación.
En la réplica a Sánchez durante la comparecencia del jefe del Ejecutivo en el Congreso para informar del Consejo Europeo y dar explicaciones sobre la venta de armas a Irak, Casado le ha acusado de ser «partícipe y responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España» por haber tenido que pedir «prestado» su «alojamiento en Moncloa» a los independentistas y a Podemos.
Sánchez le ha pedido a continuación que rectificara esas palabras y le ha advertido de que esa es una frase que «llena de ignominia» a su grupo parlamentario.
Casado, a su vez, ha respondido a Sánchez que no acepta «ni una sola lección» de moderación, democracia y Constitución y le ha afeado que pida moderación cuando él «se rodea» de «batasunos, independentistas y de la extrema izquierda».
En su dúplica al presidente, Casado se ha reafirmado además en su afirmación de que Sánchez es «responsable» del «golpe de Estado» de los independentistas. «¿Y qué es si no?», ha dicho.
Es entonces cuando Sánchez que ha anunciado que no hablaría más con el líder de la oposición mientras no retirara una acusación que considera «llena de ignominia».
Al salir del Congreso, Casado ha negado haber llamado golpista a Sánchez y ha señalado que lo que ha dicho es que el presidente es «responsable» de «no hacer nada con lo que está pasando en Cataluña». «Lo he dicho ya tres veces», ha añadido.
El grupo socialista ha aplaudido la «ruptura de relaciones» entre Sánchez y Casado. Los socialistas se han mostrado indignados por la acusación de Casado y han recordado que el presidente le ha ofrecido reiteradamente la oportunidad de retirar sus palabras y no lo ha hecho.
Para los socialistas, que Casado acuse a Sánchez de golpista en un país que sufrió el 23F y en una Cámara, como el Congreso, que todavía conserva en el techo del hemiciclo los impactos de los disparos de Tejero es la gota que ha colmado el vaso, dicen, de una oposición que consideran extremista y desleal.
Es lo que ha dicho también la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, quien cree que Casado «se retrata él solo» con sus palabras y añade que «los españoles se lo van a recordar en las urnas, seguro».
Los diputados Joan Baldoví (Compromís) y Rafael Mayoral (Unidos Podemos), han criticado la acusación del líder del PP y han tachado su discurso de «soflama incendiaria» y «esperpento».
También desde Ávila, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha lamentado hoy «los discursos incendiarios» de Casado y ha considerado que «a la gente no le interesan estas subidas de tono» ni esos discursos que a su juicio «buscan enfrentar a la mitad de España contra la otra mitad».
Por contra, el discurso de Casado ha causado euforia en las filas del PP. El secretario general del partido, Teodoro García Egea, le ha parecido «la intervención de un presidente, porque no ha habido otro en el hemiciclo», y ha defendido todo lo que ha dicho, incluida su acusación a Sánchez, porque, según ha insistido, el golpe en Cataluña se está produciendo.
Redacción