Al finalizar el ensayo general de los niños de San Ildefonso y revisar las bolas y los premios, el Teatro Real descansará precintado para recibir mañana a los cientos de asistentes que verán en directo el sorteo.
Estas 100.000 bolas de números válidas han sido colgadas en sus respectivas liras y están fabricadas en madera de boj, tienen todas el mismo peso y tamaño (3 gramos y 18,8 milímetros de diámetro), y sus números están grabados con láser para evitar que unas tengan mayor peso que otras y más posibilidad de ser premiadas.
También han sido comprobadas las 1.807 bolas de premios que mañana girarán en el bombo pequeño. Como siempre, las bolas de los grandes premios han sido vigiladas por los notarios, que han comprobado que «no haya ninguna trampa».
El subdirector de Recursos Materiales de Loterías y Apuestas del Estado (LAE), Antonio Ovies, ha relatado a los periodistas que esta «liturgia de seguridad» debe realizarse todos los años para asegurarse de que «todo está perfectamente» y evitar cualquier altercado.
El escenario ha quedado preparado para mañana y se han ultimado las últimas pruebas para que nada falle durante el sorteo más esperado. Los dos bombos en el centro, con sus respectivas copas y trompetas preparadas, las bolas pendiendo de las liras y la mesa de notarios colocada en el lado izquierdo.
El eslogan de la lotería de Navidad de estos últimos años, «El mayor premio es compartirlo», se muestra grandilocuente en dos enormes carteles para recordar a los participantes que lo importante «es la ilusión que genera la lotería», ha asegurado Ovies.
Los tres notarios han cerrado el ensayo general colocando el precinto, de color blanco y con el símbolo de la Lotería del Estado en tono dorado, en las puertas principales del patio de butacas del Teatro Real, que estarán custodiadas toda la noche y no se abrirán hasta que comience el sorteo.
Los asistentes al sorteo, que han de llevar su décimo entre sus pertenencias, podrán comprobar allí mismo que su bola está en la lira correspondiente, siempre antes de que haya empezado.
El furor por la lotería ha llevado a que la icónica administración de lotería Doña Manolita haya cerrado sus puertas, al haber agotado sus números del sorteo extraordinario de Navidad.
Antes de caer la noche, ya se podían contar más de treinta personas que haciendo cola para presenciar el directo cómo los niños de San Ildefonso repartirán suerte.
Ana Márquez