En calidad de testigo, González ha insistido en que el debut bursátil de julio de 2011 fue «una mala decisión» no sólo de los antiguos administradores de Bankia, liderados por Rodrigo Rato, sino también de «entidades e instituciones que se empeñaron en hacer algo que no debía hacerse», por lo que entiende que fue un «error» propiciado por las circunstancias políticas, pero no un delito.
Sobre la experiencia de BBVA, ha relatado a la sección cuarta de la sala de lo Penal que empezaron a dudar de si participar en la operación después de que sus técnicos les dieran un precio «muy por debajo del rango que usaban los bancos colocadores».
Por ello buscaron como hecho objetivo el interés de los inversores internacionales, «que fue cero».
«Fuimos implacables y dijimos no. No podemos entrar en una salida a Bolsa de tal magnitud en la que inversores institucionales no están. Y sabemos que fue una decisión muy criticada porque íbamos en contra de intereses políticos, de organismos muy importantes», ha explicado González.
El banquero ha incidido en el hecho de que a pesar de que los bancos colocadores del debut bursátil de Bankia eran extranjeros, «muy importantes» y con una amplia nómina de clientes, fueron incapaces de atraer inversores del exterior.
«Estaba claro que eso no valía nada», ha sentenciado González.
CN