La plataforma ciudadana Reforma Horaria ha recordado este día de aniversario en un momento en que los sindicatos actuales reclaman reducir la jornada laboral a 35 horas semanales.
Aquel 3 de abril de 1919 el presidente del Gobierno español, Álvaro Figueroa Torres, conde de Romanones, firmó el decreto que fijó como máxima la jornada laboral de 8 horas y reconocía a los sindicatos con capacidad para la negociación.
Según la plataforma Reforma Horaria, que impulsa una nueva cultura del tiempo para hacer los horarios más eficientes y flexibles y adaptarlos a las necesidades sociales, la instauración de las 8 horas laborales fue la medida «más importante del siglo pasado en cuanto a los derechos de las personas trabajadoras y la lucha de clases».
La firma del decreto gubernamental fue precedida de una huelga que duró 44 días, provocó la paralización total de la ciudad de Barcelona y del 70 % del territorio catalán, y supuso la detención de hasta 3.000 personas trabajadoras y el asesinato de sindicalistas.
La tensión en las calles fue máxima, se llegó a declarar el «estado de guerra», y las tropas salieron de los cuarteles y tomaron las principales calles de Barcelona.
El detonante de la llamada «huelga de la Canadiense» se produjo a finales de enero de 2019 en la principal empresa productora de electricidad de Cataluña, Riegos y Fuerzas del Ebro SA (la anterior a FECSA), conocida como «la Canadiense», cuando la empresa cambió las condiciones de trabajo del personal de facturación, que suponía una disminución de los sueldos.
Los trabajadores pidieron el asesoramiento y apoyo del Sindicato Único de Agua, Gas y Electricidad de la CNT, cuyo líder era Salvador Seguí, «el Noi del Sucre».
La empresa reaccionó despidiendo a ocho de los trabajadores afectados, pero la respuesta del resto del personal de facturación a los despidos fue una declaración de huelga de brazos caídos el 5 de febrero, con la réplica, por parte de la empresa, del despido de 140 trabajadores más.
Como resultado, la protesta local que había comenzado en «La Canadiense» acabaría convirtiéndose en una huelga general que paralizaría una buena parte de Cataluña y toda Barcelona, y a la que se unieron los trabajadores de los trenes y de los tranvías, y los de las empresas de agua, gas y electricidad y también los de las empresas del sector textil.
Durante este 44 días de huelga, dos fechas fueron claves para desatascar la situación: el 15 de marzo y, durante dos días después, se reunían los representantes de los trabajadores y los propietarios de La Canadiense.
El 21 de marzo, teniendo al frente a Salvador Seguí, el Noi del Sucre, se celebró un histórico mitin en la plaza de las Arenas para aceptar el acuerdo y volver al trabajo.
Finalmente, 3 de abril el Gobierno español aprobó el decreto que dejaba en ocho horas la jornada laboral y reconocía la capacidad de negociación de los sindicatos.
El 17 de abril, además, llegaron al acuerdo de dejar en libertad a los trabajadores encarcelados, readmitir a los huelguistas sin represalias, pagar la mitad de los días que había durado la huelga y aplicar la jornada de ocho horas.
Paco Niebla