«La gente se harta de ver quemar su bandera, insultar a su jefe de Estado, silbar a su himno y llega un momento en que eso le produce evidente malestar y basta con que alguien encienda una cerilla para provocar un incendio», ha asegurado.
Borrell ha hecho estas consideraciones en el acto de presentación del libro «El laberinto catalán», con el que el historiador francés Benoit Pellistrandi busca ilustrar a sus compatriotas sobre lo que ocurre en Cataluña.
El ministro ha planteado que la irrupción de Vox como fuerza política nacional «tiene mucho que ver por la reacción en contra de un nacionalismo catalán que ha denigrado la idea de España y ha generado la respuesta, un tanto castiza, de ‘aquí estamos'».
Para Borrell, este extremo «se vio claramente en el debate de ayer y esta noche lo volveremos a ver» en el segundo debate entre candidatos a la Presidencia del Gobierno.
Preguntado por las posibles soluciones a la crisis catalana, el ministro se ha mostrado convencido de que deberá ser una solución política y que llevará «mucho tiempo», ya que será necesario «resolver los problemas reales e intentar desmontar los problemas imaginarios» y la «superstición» del relato de los independentistas que se ha «cronificado y va a costar mucho tiempo deshacer».
Borrell también ha apuntado que, en su opinión, la futura sentencia del Tribunal Supremo que juzga a los dirigentes catalanes «va a complicar las cosas».
Tampoco ha descartado la posibilidad de que haya que volver a activar el artículo 155 de la Constitución: «Si hubiera que aplicarlo, se volverá a aplicar, pero de manera coyuntural y por el tiempo necesario para paliar la crisis».
«Lo que el 155 no puede ser es un instrumento para anular de facto el Estado autonómico», ha advertido.
Redacción