Tanto el PP como el PSOE quieren atraerse al partido de Albert Rivera, que, hasta ahora, había rechazado cualquier pacto con los socialistas.
Un PSOE que, sin embargo, no da por perdido ningún gobierno autonómico o municipal y está dispuesto a «pelear» para alcanzar acuerdos en todos los territorios en los que ha ganado las elecciones.
De momento, los de Rivera han levantado el veto a los socialistas y ya no se plantean cordones sanitarios inamovibles.
En previsión de los contactos que se abren en el horizonte, la dirección de Cs ha creado este lunes un comité nacional de negociación para acordar «los mejores» pactos para gobernar en aquellos ayuntamientos y comunidades donde tiene la llave.
El objetivo, aseguran Cs, es promover ejecutivos «sensatos», pero «no de pillar cacho».
Un comité que, de momento, no ha recibido instrucciones de vetar al PSOE ni tampoco de excluir a Vox y que mantendrá este martes su primera reunión bajo la dirección del secretario general, José Manuel Villegas.
Fuentes de Cs ha adelantado que estudiarán caso por caso las posibilidades que existen, si bien reconocen que la preferencia es llegar a acuerdos con el PP y que va a ser «muy difícil» pactar con los socialistas.
El PP también ha aprovechado este lunes de resaca electoral para configurar un comité negociador integrado por el secretario general, Teodoro García Egea; el vicesecretario de Organización, Javier Maroto, y la diputada Ana Beltrán.
Los populares tendrán que negociar con Ciudadanos y con Vox para la Alcaldía y la Comunidad de Madrid, así como en comunidades como Aragón, donde dependen también del PAR, y en Castilla y León y Murcia, en las que deberán pactar con alguno de estos partidos para conseguir mantener los gobiernos autonómicos.
Al margen de los pactos, el resultado de las elecciones ha insuflado oxígeno en el liderazgo de Pablo Casado, muy debilitado desde las generales.
Para Casado, ha comenzado la «refundación» del espacio de centro derecha y la reconstrucción de su electorado con el objetivo de ganar a la izquierda en las próximas elecciones y conseguir llegar a la Moncloa.
Los barones del PP han atribuido la «remontada» del partido en las elecciones de ayer al giro al centro que reclamaron tras los malos resultados de las generales del 28 de abril y han descartado cualquier duda sobre el liderazgo de Pablo Casado.
Es de esta opinión el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que ha asegurado que el PP debe «seguir insistiendo y persistiendo en el centro», porque es lo que permitió conseguir «mejores resultados que en las generales».
Un mensaje que ha compartido el presidente andaluz, Juanma Moreno, quien cree que el PP ha recuperado un electorado «clave» gracias a que funcionó la autocrítica en el seno del partido tras el 28A.
El PSOE, gran triunfador de la noche electoral, aunque con cierto regusto agridulce por la decepción de Madrid, tiene claro que el objetivo de sus mensajes debe ser Cs, el partido que tiene la llave en muchas instituciones.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha emplazado tanto al PP como a Cs a frenar a Vox y ha pedido a ambos que faciliten la investidura de Pedro Sánchez o impidan la entrada de la extrema derecha en territorios como Madrid.
«El PSOE no da por perdido nada, lo va a pelear todo y va a intentar que prevalezca la voluntad mayoritaria de los ciudadanos», ha añadido el secretario de Organización, José Luis Ábalos, que ha pedido al resto de partidos que empiecen a «reconsiderar sus estrategias».
En mucha peor situación ha quedado Podemos, que tras el duro correctivo del domingo ha quedado en una posición de irrelevancia en el panorama político territorial.
Pablo Iglesias ha avanzado que no piensa dimitir pese a la pérdida en todas las ciudades del cambio a excepción de Cádiz y tener solo la llave del gobierno en La Rioja, Baleares y quizás en Canarias.
De hecho, el líder de Podemos sigue con la vista puesta en ser ministro en un gobierno de coalición con Pedro Sánchez, aunque desde una posición «modesta».
El quinto en discordia sigue siendo Vox, que, a pesar de un resultado por debajo de algunas expectativas, puede ser decisivo también en grandes plazas como Madrid.
No en vano, la candidata de Vox a la Presidencia de la Comunidad, Rocío Monasterio, no ha descartado exigir la entrada de su partido en el Gobierno regional por considerar que es la mejor forma de hacer valer sus escaños y lograr que se vea el trabajo que quieren desarrollar.
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