viernes, noviembre 22, 2024
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La caída del último capo del clan Polverino de la Camorra en España

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Muy tocado por los golpes policiales, este clan de la Camorra intenta ahora renacer de sus cenizas en nuestro país, pero no lo tendrá fácil.

Y no lo tendrá porque el arresto de Vallefuoco deja al clan sin el hombre que tenía los contactos con los marroquíes para el suministro de hachís, la principal actividad delictiva que el grupo desarrollaba en España, donde operaba desde 2006 para enviar a Italia la droga, en cantidades de hasta 60 toneladas al año.

Como dicen fuentes de la Guardia Civil y de la investigación, los marroquíes confiaban plenamente en Vallefuoco, hasta el punto de que le permitían transportar la droga aunque el clan se retrasara en el pago por falta de liquidez en ese momento.

Por eso, al clan Polverino le costará resurgir de las cenizas a las que quedó reducido en las sucesivas detenciones que la Guardia Civil, y sobre todo su Unidad Central Operativa (UCO), ha llevado a cabo en una colaboración constante y sin fisuras con los Carabinieri.

Las fuentes consultadas recuerdan algunas cifras en ese sentido. Entre 2009 y 2013 fueron detenidas en España e Italia 250 personas relacionadas con ese clan de la Camorra, con influencia especialmente en la localidad italiana de Marano.

El mayor golpe se produjo en 2013, en la operación Laurel VIII, que se saldó con alrededor de 110 arrestos, más de 30 de ellos en España y el resto en Italia.

Dirigidos por Giuseppe Polverino, alias «O Barone» o «Pepe», en prisión en Italia, tres «paranzzas» del clan operaban en España: una desde Tarragona dirigida por Doménico Verde; otra desde Málaga bajo las órdenes de Fabio Allegro, y una tercera en Almería liderada por Vallefuoco, el único que aún no había sido detenido.

En realidad, como relatan las fuentes, Vallefuoco fue arrestado junto con «O Barone» en 2012 en Jerez de la Frontera (Cádiz), ciudad a la que llegó este último desde Tarragona en un recorrido por la costa -pasó por Alicante, Almería y Málaga- apoyado por su lugarteniente.

Pero la Guardia Civil controlaba sus movimientos y detuvo a ambos en ese municipio gaditano. «O Barone» contaba con una orden de detención que fue ejecutada. Vallefuoco tenía dos. Sin embargo, la Audiencia Nacional consultó al juez enlace italiano y éste sólo le informó de una orden, la más antigua, que ya no estaba en vigor.

Mientras «O Barone» fue a la cárcel y luego extraditado a Italia, donde cumple una importante condena, Vallefuoco -que llegó a ofrecer a los agentes españoles e italianos un millón de euros si no le ponían ante el juez-, quedó en libertad por orden de la Audiencia Nacional.

Vallefuoco se fue a Almería, desde donde miembros del clan le sacaron en una lancha y le trasladaron a Marruecos. Los traficantes de hachís le dieron cobertura. Confiaban en él, resaltan las fuentes.

La Guardia Civil no cejó en su empeño de detenerlo, con la esperanza también de que en algún momento volviera a España. Los investigadores españoles estuvieron en permanente contacto con las fuerzas de seguridad marroquíes y los carabinieri, que trabajaban conjuntamente en el país norteafricano para localizarlo.

Pero Vallefuoco, sobre el que pesaba una orden de detención emitida por la justicia española en 2014, era un huido y como tal sabía tomar medidas de seguridad para eludir el cerco policial.

Finalmente, fue arrestado en Tánger. También Italia le reclama, en este caso por su presunta implicación en los delitos de homicidio, narcotráfico, uso de la violencia y chantaje.

La Guardia Civil, explican las fuentes, no se ha olvidado del clan Polverino y, de hecho, en 2017 contribuyó a la detención en un pueblo cerca de Roma de Giuseppe Simioli, quien se había hecho con los mandos de la organización tras la detención de «O Barone».

Un seguimiento de los agentes del instituto armado durante siete años a la «escurridiza» novia de Simioli llevó a los Carabinieri hasta este capo.

Con los principales responsables de la «célula» española del clan entre rejas, su capacidad de regeneración ha perdido fuelle. De todos modos, las fuerzas de seguridad siguen atentas a ese intento de los Polverino de estructurarse otra vez.

No contarán con la ayuda de Vallefuoco, que será extraditado a Italia. Allí le espera, casi con toda seguridad, una alta condena. También tendrá que declarar, por videoconferencia, en las causas en las que está inmerso en España. 

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