Así por lo menos lo consideran fuentes cercanas al presidente del partido, Pablo Casado, que no ven probable que Sánchez se presente a una segunda investidura, ya en septiembre, sino que optará directamente por nuevos comicios sin ceder a las exigencias de la formación morada de tener ministros en el Gobierno.
Una segunda convocatoria electoral que el PP aseguran que sería un «disparate», pese a que estiman que serían los únicos, junto con el PSOE, que podrían salir beneficiados.
Por eso, los populares no ven la posibilidad de que se produzca una repetición electoral que no le vendría bien ni al líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, ni al de Ciudadanos, Albert Rivera, y esperan que alguno de ellos haga lo posible por evitarla.
De hecho, apuntan que el propio Sánchez piensa que al final la formación naranja optaría por la abstención para evitar esta cita.
Casado se encontraría cómodo tanto con una abstención por parte de Ciudadanos, una opción que ya ha dicho en varias ocasiones que no criticaría, como si mantiene su estrategia actual de no facilitar la investidura de Sánchez.
En cualquiera de los dos casos el líder del PP gana, según han indicado fuentes del partido, en el primero porque se haría con todo el campo que corresponde a la oposición.
En el segundo, porque piensan que la negativa de Rivera a facilitar el Gobierno de Sánchez marcaría el perfil «moderado» de Casado como «un hombre de Estado».
De ahí que Casado haya abandonado en las últimas semanas el tono duro contra Ciudadanos que adoptó tras las elecciones generales, con sus críticas a la negativa de establecer un acuerdo para unificar el voto del centro derecha y poniendo en duda el supuesto liberalismo del partido naranja.
Ahora todas sus referencias públicas a Rivera son para agradecer su «generosidad» en los pactos en las distintas autonomías y ayuntamientos e incluso para afirmar que lo ve como un «líder consolidado», pese la crisis interna que ha vivido el partido naranja esta semana con la marcha de varios de sus dirigentes.
Pasada la debacle electoral de las generales, el presidente del PP, que cumplirá este mes de julio un año al frente del partido, se encuentra consolidado en su papel como líder de la oposición y ya ha «ajustado los tiempos» para desarrollar esta labor durante los próximos cuatro años.
De hecho, es una de las voces que más insiste en que se produzca la investidura de Sánchez, aunque siempre dejando claro que él no la facilitará con una abstención.
Una cuestión con la que el propio Sánchez no le ha insistido en el encuentro privado que mantuvieron el pasado lunes, según fuentes conocedoras de la reunión, aunque sí le ha señalado las ventajas que podría tener para él quedar como un «hombre de Estado» en esta cuestión de garantizar la gobernabilidad y la estabilidad.
Pero, de momento, la postura de Casado es inamovible en contra de facilitar la investidura de Sánchez y su estrategia pasa por apoyar que lo hagan otros, como UPN, su socio en la coalición Navarra Suma, o Coalición Canaria.
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