La presidenta del Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite), Consuelo Ordóñez, ha denunciado a través de las redes sociales la celebración de este homenaje y ha difundido un vídeo en el que se aprecian imágenes del recibimiento.
Ordóñez ha lamentado que este tipo de homenajes signifique «la normalización de lo anormal en Euskadi: La exaltación del asesino, sus fines y medios».
Tras el acto, el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha afirmado a través de Twitter que no descansará hasta que se condene «a quienes rindan honores a asesinos en nuestras calles», tras lamentar que las calles de Hernani se llenen de gente «homenajeando a un etarra orgulloso de serlo».
La Fundación Fernando Buesa han calificado de «inaceptable y absolutamente indigno» la convocatoria de homenajes a terroristas de ETA.
«No podemos olvidar que la memoria de las víctimas y la deslegitimación de los terroristas son dos caras de la misma moneda», ha añadido la organización constituida en memoria del abogado y político asesinado por ETA junto a su escolta en e año 2000.
José Javier Zabaleta Elosegi fue considerado por las Fuerzas de Seguridad del Estado como el número dos de ETA en el momento de su detención en Francia, el 23 de septiembre de 1990.
Tras permanecer encarcelado desde entonces en cumplimiento de varias condenas por distintos atentados, la mañana del sábado abandonó la prisión de Zuera (Zaragoza), ha informado la asociación de familiares de presos de ETA Etxerat.
El Departamento vasco de Seguridad ha informado de que la Ertzaintza no ha abierto ningún atestado por estos hechos al no apreciar enaltecimiento del terrorismo en el recibimiento al miembro de ETA.
Zabaleta fue condenado varias veces por su participación en numerosos atentados, entre ellos el cometido en 1980 contra un bar de Zarautz (Gipuzkoa) en el que murieron 5 personas -cuatro guardias civiles y un vecino-, crimen por el que se le impuso una pena de 100 años de cárcel.
Además, en 2005 volvió a ser condenado a 49 años de cárcel por un atentado con coche-bomba perpetrado el 24 de mayo de 1984 en Pamplona, en el que murió el capitán de la Guardia Civil Luis Ollo.
Ese mismo año la Audiencia Nacional lo sentenció a otros 33 años de prisión por el lanzamiento de granadas contra un cuartel del Cuerpo Nacional de Policía en San Sebastián, que se saldó con daños materiales.
Además, cumplió una pena de 8 años de prisión en Francia, tras ser arrestado en el país galo, por asociación de malhechores.
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